El río
Río
de arqueados meandros,
cortado en charcas y en ciénagas,
cortado en charcas y en ciénagas,
Paraíso
de garzas imperiales
Y
de las ranas bermejas.
En
tus estancadas aguas
Las
noches de luna nueva,
Se
reflectan los misterios
De
la inmensidad etérea.
En
tus orillas abunda el chopo,
El
tamarindo y la anea
Envueltos
por las fragancias
Del
poleo y la hierba buena.
En
las hierbas adventicias
Posan
azules libélulas,
Mariquitas
de seis motas
Y
deslumbrantes luciérnagas.
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