martes, 21 de mayo de 2019

El sueño de un niño


El sueño de un niño

 

-Padre, hoy he soñado como era el cielo. Yo, me encontraba  en él.
-Dime hijo cómo era, para sentirlo también.
-En el cielo, no existía la noche, ni las tinieblas. Todo irradiaba viva luz. Sólo existía juventud, amor. Los ríos eran transparentes y mansos como una onda dormida. Los árboles permanecían engalanados con su verde follaje. Y los que allí habitaban, se podían privar del alimento, no les hacía falta padre, se sustentaban con el límpido aire. El dorado trigo manaba en los campos y los pájaros locuaces, revoloteaban sobre los campos con licuado canto apasionado.
En el cielo padre, reinaba la armonía, no había miserias, ni castas. No existían las guerras, ni las rivalidades por las mujeres, o el afán de adueñarse de la tierra. Todo era ocio y diversión, reinando la alegría y la paz por todos sus rincones.
-Hijo, todo eso que me narras es francamente bello; pero por desgracia,
Aquí en la tierra,  todo se muestra al contrario de lo que me has detallado.
-¡Quizá padre, sea esto el infierno!
¿Pero y yo? ¿Qué mal he hecho?
-Lo único que te puedo decir hijo, es que no dejes nunca de soñar. Pues soñar, no cuesta nada.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario