La
belladona
"La
flor de la seducción"
Hablar de la belladona,
es hablar de seducción, ya que esta planta adventicia, que suele crecer a ambos lados de los caminos, atrapaba la
atención de los niños y las mujeres por su delicada presencia.
El nombre de esta
planta no es casualidad, belladona, etimológicamente de la voz latina bella
donna (bella mujer) muestra la sensibilidad de los italianos que bautizaron la
flor, en el arte de la seducción a la que está muy ligada.
De acuerdo con la tradición
celta, el espíritu que habita dentro de la planta de belladona, sólo sale una
noche al año, la de Walpurias, cuando se preparan para celebrar el Sabbath con
las brujas.
En tierras célticas
hay una superstición que vincula a la belladona con una hechicera encantadora a
la que es peligroso mirar.
En un remoto lugar,
cierto hechicero trató con esta flor a una mujer enferma, provocando un estado
de sueño profundo que se prolongó durante varios días. Al despertar la mujer se
mostró molesta por haber sido despojada del estado hipnótico, argumentando
haber estado en lugares maravillosos, llenos de placeres y lujuria. Al darse a
conocer esta experiencia, la iglesia relacionó aquellas visiones como acto del
demonio y la consideró una planta herética.
Incontables
observaciones registradas el siglo pasado muestran que en estado de excitación
sexual la pupila se dilata, los encuestados, se habían sentido más atraídos por
la mujer cuya sexualidad percibían inconscientemente como más estimulada. De
alguna forma, esto lo habían intuido las
mujeres de las cortes italianas de los siglos XVI al XVIII, las cuales antes de
los bailes de la nobleza, usaban la atropina de la belladona para dilatar sus
pupilas y lucir así más atrayentes para los hombres.
Pero más allá de las alucinaciones y los efectos
seductores de la belladona, están los efectos reales de la misma, vinculado a su
propiedad más latente, la toxicidad. Según la descripción que Plutarco hace sobre
los efectos producidos en las tropas de Marco Antonio (Esposo de la famosa
faraón egipcia Cleopatra) aquellos soldados romanos fueron envenenados con
belladona. Con esta misma planta fue también envenenado el emperador Claudio
.
La belladona también es
conocida como cereza negra, hierba de la
muerte, tabaco de pared, cereza del diablo o baya de la bruja.
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