La viuda
De
día guardas intranquila
La
imagen que de noche besas;
Dulcemente
la examinas
Y
por estar junto a él rezas.
Escribes
en tu diario personal
Lo
que en el día te ha pasado,
Sentimientos
de verdad,
Sencillamente
expresados.
Recorrerás
los caminos del tiempo
De
la infancia, a la tercera edad,
Cruzando
en unos momentos
A
otro espacio sideral.
Así
el jardín de la casa
Que
tantas flores tenía,
Ahora
parece una zarza
Al
perder su compañía.
Murió
el caballo blanco;
Se
rompió la espada de cristal.
Su
imagen sigue en el marco,
Tu
diario en el hogar.
Habitaciones
oscuras, vacías,
Aún
crees oír su voz;
Impregnada de melancolía
Recitas
una oración.
“Ruego
soberana Virgen,
Que
aún me siga recordando;
Pues
en la tierra y en el cielo
Siempre
le seguiré amando”
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