martes, 7 de mayo de 2019

Con el silencio de la noche


Con el silencio de la noche

 


 

Con el silencio  de la noche

Se oye el croar de las ranas;

Quizá barruntan buen tiempo

O están muy enamoradas.

Yo estoy aquí pensando

Reclinado en la almohada;

Sintiendo un sitio vacío

Porque una mujer me falta.

¡Qué envidia a mí me está dando!

Aunque es una envidia sana,

A una mujer echo en falta

Y no es por falta de ganas.

Frescos murmullos etéreos

En la noche se propagan,

Quizá impregnados de amores

Quizá, de dulces nostalgias.

Llegan desde la alameda

Suaves brisas de misterio,

Alguien quizá esté llamando

Y esté ofreciendo sus besos.

Sé que tengo fantasías;

Pero también tengo ensueños,

Para volver a probar

La dulzura de  su aliento.

¿Dónde estarán esos labios

Carnosos color bermejo,

Que tanto los echo en falta

Cada día que me acuesto?

Si algún día yo pudiera

Dichos labios conquistar,

Qué sencillo sería todo

Sin haber ningún pesar.

¿Será esta noche con luna

Salpicada de luceros,

Cuando tenga la fortuna

De alcanzar por fin su cielo?

Estoy aquí, en la cama,

Tumbado pero despierto,

Por si oigo tu llamada

Para acudir  a ella presto.

Si tú fueras quien lo hiciese,

Si tú fueras la primera,

Y a esta cita acudieses

Que estoy proponiendo a ciegas;

Mi corazón te daría

E incluso mi vida entera,

Para estar todos los días

En eterna primavera.

Pues quiero que al acostarme

Estar siempre acompañado,

De una mujer que me exalte

 Y mantenga enamorado.

Hoy doy gracias a la noche,

Y al croar de las ranas,

Porque pusieron su broche

Al penetrar en mi alma.

 

 

 

 

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