lunes, 20 de mayo de 2019

El Duende


El duende

 

Tengo  a una perrita en casa

Que me hace compañía,

Y hasta el parque yo la bajo

Dos o tres veces al día.


El otro día por la tarde

La bajé a pasear,

Y como no vi a nadie

Creí oportuno soltar.

Se fue de árbol en árbol

Y empezó a olisquear,

Quizá buscándose el sitio

Apropiado para mear.

Con atención vigilaba

No fuese a aparecer,

Uno de esos perros grandes

Que la pudiesen morder.

Si alguna vez esto pasa,

La llamo para que venga,

Y una vez que la he atado

Seguimos dando la vuelta.

Pero ese día en cuestión

No me di cuenta de un perro

Que hasta ella se acercó.

Más de pronto oí una voz

Que insistente lo llamaba,

Pertenecía a una joven

Que también lo paseaba.
 

Ella me pareció guapa

Y simpática a la vez,

Pues al llegar a mi lado

Me dijo:¡Perdone usted!

Si es que ha asustado a su perra

Pues ha sido sin querer;

De mí tiró con tal fuerza

Que no pude contener.

Mientras esto me decía

Atados por las correas,

Ambos se olieron sus partes,

Las partes por donde mean.

Y se pusieron contentos

Dando saltos de alegría,

Al ver que eran del sexo

Que sin duda preferían.

Parece que sean amigos

Me dijo muy sonriente;

Por tanto, ya no hay peligro

De que se enseñen los dientes.

 

Eso parece, le contesté,

Y un tanto ingenuo, fui y la solté.

Tendrán ganas de jugar,

Hoy hace un día estupendo;

De modo que aquella joven

También soltó a su perro.

Mientras los perros jugaban

Y como de algo hay que hablar,

En el banco más cercano

Nos decidimos sentar.

¿Bienes mucho por aquí?

Pregunté para empezar;

Pues ruego que me perdones

Por mi distracción fatal.

Vengo desde el otro día;

Pero estuve más allá,

Este parque es muy grande

Y al mismo tiempo genial.

Tenía el acento algo raro,

No sería de este país;

Pues una voz así de dulce

Jamás la oí por aquí.

Me sentí muy animado

Por tan grata compañía,

Y me olvidé de la perra

Ignorando lo que hacía.
 

Fue larga la conversación,

Hablamos de casi todo,

Y el tiempo se nos pasó

Deleitándonos de uno al otro.

Pero ya llegó un momento

En que nos dolía hasta el culo;

Pues el banco era de piedra

Y no cabía el disimulo.

¿En dónde estarán los perros?

¿En donde se habrán metido?

Y buscamos por los setos

Y por la orilla del río.

¡Qué no aparecen¡ decía

Con un tono preocupante:

A ver si se los han llevado

Algún ladrón maleante.

Más me parecía muy raro

De que al menos no ladrasen;

Si alguien los lleva a la fuerza

Para que yo me enterase.

¿Qué habrá pasado Dios mío?

¿Qué les habrá pasado,

Para que de repente

Los dos se hayan fugado?

Pero para mi sorpresa,

Los dos se habían escondido

Detrás de un robusto chopo

Y aún estaban unidos.

 

Esta pareja de perros

Sí que bien han congeniado,

Que  han decidido casarse

Y de altar han puesto un árbol.

¿Y luego qué voy a hacer yo

Con tanto perrito en casa,

Si no tienen pedigrí

Y cada uno es de una raza?

El día que para la perra,

Yo me puedo llevar siete,

Para dar a mis compañeras

Que a veces solas se sienten.

Qué esplendidas compañeras

Son en verdad las que tienes,

Me gustaría conocerlas

De paso que se entretienen.

Si las quieres conocer

De aquí las tienes muy cerca;

Pero ve al anochecer

Que es cuando abren sus puertas.

¿Pero quién trabaja de noche,

Si de noche todos duermen?

En todo hay una excepción

Como por ejemplo “El Duende”

Ahora si bajo a la perra

Y un atrevido pregunta:

¿Qué a dónde voy tan tarde?

Contesto de forma astuta,

Que me voy a ver si veo

A la joven prostituta.
 

Pues diciendo la verdad,

Nadie así podrá creerme;

Por lo tanto no tendré

Competidores de “El Duende”

El “Duende” es un prostíbulo

A donde acude la gente,

Para pasárselo bien

De una forma diferente.
 

Si lo quieres conocer

Prepara bien la cartera;

Puesto que allí los billetes

No corren, ¡sino que vuelan!

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario