jueves, 2 de mayo de 2019

El aleteo de un sueño

 
 
 
 
 
 El aleteo de un sueño
 
 
 
 Me encontraba en España, y alrededor de una apacible hoguera,
 
  danzaba para ti a la luz de la argentada luna, mientras varias
 
 docenas de gitanos cíngaros tañían dulcemente sus guitarras y
 
cascabeles. Yo era la diosa del fuego, decían con  sus canciones,
 
 mientras tus ojos asombrados por tanta belleza y magnificencia,
 
 repetías una y otra vez lo mucho que me querías. Y danzando,
 
me encontraba en un estado tan espiritual, que una legión de alados
 
 ángeles  se apareció de improviso y comenzaron a sobrevolar en
 
 círculos sobre nosotros, desparramando en cada  aleteo   varias de
 
 sus nacaradas plumas, que al tocar tierra se convertían en
 
 enrollados pergaminos celestiales. Para mi sorpresa, cada
 
 pergamino contenía una canción que tú luego pasabas a partitura
 
 para mí. Tú eras feliz, y yo también. Y  en aquel círculo
 
 embriagado de entusiasmo, palpitaban nuestros agradecidos
 
 corazones, los cuales daban cobijo en sus doradas cavernas a
 
 cientos de mariposas multicolores que danzaban para nosotros,
 
produciendo con sus aleteos tal  embrujado céfiro, que recorría
 
 aquellos mágicos alrededores impregnándolo de infinita paz.
 

 
 
 
 

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