Meditaciones
proscritas
I
Regreso de ver los túneles del recuerdo,
La lujuria de sus puertas rompe el silencio
Haciendo volver la nuca hacia atrás como cada noche
Donde el aguijón de la lágrima escuece los párpados.
El tren subterráneo, es un monstruo
Con distintas varas de medir,
Para hacer que su penumbra marchite la montaña
Donde sobrevive el hombre
Tras embriagarse con la pócima del universo.
¡Es irónico, confundir el vértigo
Que produce la mujer de oro,
Con el monótono secreto
Que se retuerce en sus palabras!
Sólo el viento es el arquitecto
De la flor que admiramos,
Nos llenamos con su oxígeno
Hasta hacer chocar la tecla
Que tapa el muro de los pensamientos sombríos,
Convertidos en una película
Demasiadas veces vista;
Pero que nos muestra el desierto
Con sus colillas manchadas de carmín.
Somos unos ignorantes aunque bebamos
Permanentemente de las fuentes otoñales,
El secreto es pobre, y el hombre,
Un ignorante al envolverse con las páginas leídas.
Pero yo estoy aquí para decir que:
Aunque hayamos muerto,
Nuestro mayor error sería el protestar
Por tener los tobillos encadenados
Bajo una lluvia estruendosa,
Que hace acallar la voz
Y contener el aliento.
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