El
caos de mi vida
I
El espejo me empuja al precipicio,
La costumbre y la rutina son puro hielo,
Pues por mucho que me miro,
Todo el oro se transforma en carbón.
Las pequeñas esperanzas son un río
Que desemboca en un lago abigarrado de sombras
Y donde las
mujeres, son estatuas sin reloj.
Muchas veces
les hablo;
Pero me ven tan débil y con tantas arrugas
Que no osan a extender su mano vacía.
La afilada luz araña
con sus uñas de alambre
Y la melancolía y las huellas del tiempo,
Son como la pesadilla del sueño que he vivido;
Los remordimientos afloran
Para mezclarse con los recuerdos del pasado.
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