lunes, 28 de noviembre de 2022

Luciérnagas en la noche

 

Luciérnagas en la noche

 

Las luciérnagas con sus resplandores vivos

Me indican que estás ahí, esperándome,

Bajo el cerúleo cielo enmantado de zafiros

Capaces de hacer florecer los sueños,

 engendrados al amparo de mi lucha mental.

Deseo vivir otro otoño

Bajo los ardores sensibles de tu pecho;

¡Pero malvada balanza!

Inclinado su peso en lo más recóndito

De los jardines mullidos de pétalos.

Más la conciencia de las estrellas,

 Recuerdan que nadie se negó a ver la luz del divino valle,

Rigiéndose las estrellas en juez benigno

Que arrulla las bondades de mi conciencia,

Siendo arrastrado  mi corazón  hacia el búho

Que observa de manera silente su big-bang.

Las fieras muerden, devoran y se excitan;

Pero yo, ante tu luminiscencia

Me quedo inmóvil,

Observando tus ráfagas de neones azules,

Quizá intentándome decir:

Que sentada en el banco de la farola tenue,

Rodeada de la  mullida hierba, 

 Sigues esperándome.

 

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