Su
deslumbrante palacio de oro
Si los ángeles,
Son los seres más bellos del
universo,
Entonces, puedo afirmar que tengo suerte,
Porque he encontrado uno.
Ese ángel me ilumina con su corazón;
Lo encontré un día
mirando a las estrellas
Una sombra rubia,
Como una espiga dorada por el sol deslumbrante
Aclaró las tinieblas de mis monótonos días.
Su belleza es imperecedera,
Y su elegante caminar son zafiros de pasión,
Desafiando a los albores del alba.
En sus ojos se haya la fuerza que catapulta
Al reino de los sueños fastuosos
Donde se accede al trono de su espectacular reino.
Sus palabras, llegan a mis oídos como sonoro
incienso,
Emanando con ellos los sublimes suspiros.
Mi premio, fue gozar de su vendita atención,
Ello, me hace estar siempre contento,
Pues el cielo se toca con el terciopelo de su
mirada.
Ante sus
pechos, se rinden los adversarios
Poniendo precio a su alma inmortal.
Mas su virtud es la de Madeleine,
Diciendo a todos que sí para decir que no;
Sus centelleos galácticos se cubren de hielo
Marcando las distancias con sus rayos
Para romper
su abstracta realidad:
Que su arrolladora gracia tiene dueño,
Despertando las fantasías;
Pero al mismo tiempo
Muestra su cristal ignoto,
Apartando la escalera
Para que les sea imposible acceder
A su
deslumbrante palacio de oro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario