viernes, 3 de junio de 2022

Arpías que en el sueño acechan

 

Arpías que en el sueño acechan

 


Al revivir las  pesadillas apocalípticas

La vida se impregna de anatemas,

 Recuerdos lacerantes como rinocerontes enloquecidos

Catapultan los rumores provenientes de la luna,

Para convertirse en máquina trituradora de huesos humanos.

Se siente escalofríos ante las arpías que en el sueño acechan

Lapidando la imaginación fructuosa

Como un dolor de muelas podridas;

Las arpías vuelan por doquier

Descargando  relámpagos con su sádico plumaje;

Mientras las nubes movidas por el viento del atardecer

Aligeran el tiempo con su risa invasora.

El incienso del sueño por las noches vuela

Como nubes de murciélagos sin rumbo;

Y ante sus malignos ojos me embriago de quimeras.



Las penumbras yertas de la muerte aparecen en mis versos,

No hace falta el microscopio para sentirlas aferradas a la sienes,

Pues el polvo de las blancas azucenas

Permanecen ahora bajo las suelas de mis sandalias rotas;

La sierpe con afán de conquista

Estrangula la cruz con su nudo ciego,

A la par que  unos labios fríos descubren

El amarillento marfil de los dientes erosionados

De tanto roer privaciones y frustraciones.

La risa sin pesares vuela como ave salvaje,

Y con el sonoro incienso de su poder

Se aleja de su palacio antes de oro

Hasta su fuente de olvido para ya nunca más volver;

Las mariposas monarcas emprenden su vuelo

Para llegar a su tierra prometida,

Ignorando si encontrarán su cielo,

O por el contrario, se darán de narices

Con las incombustibles llamas del  averno.

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