Renegando
de nuestro fatal destino
IV
Los recuerdos se convierten en lazos
Tras atrapar trocitos históricos del alma enamorada.
Los pies descalzos huyen de la vega del amor,
Donde se perdió toda inocencia,
Como un capullo herido por su orgullo;
Pues al final, todos recorremos un camino
Que nos lleva al cruel desengaño;
Viendo ese abismo de una sola puerta
Donde penetra el calvario de la carne;
Y donde la fe queda proscrita
Con la vil puñalada del destino.
Nuestro pecado capital es ignorar al mundo,
Un mundo que gravita con su afilada guadaña,
Un mundo donde las mentiras es un vicio
Con el que se juega
gran parte de nuestro finito tiempo;
Y donde las ideologías quedan vacías
Al ser sepultadas con el último aliento de la traición.
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