Renegando
de nuestro fatal destino
I
Aprendimos a caminar tropezando infinidad de veces,
Y al final, caminando a pasos cortos,
Tropezaremos en la negra piedra
Que dictará nuestro último y fatal tropiezo.
No se puede sacar un billete para viajar
A esa ciudad llamada felicidad;
Ese billete siempre se lleva en el corazón
Al igual que se lleva la estrella del destino;
Somos aves de paso entristecidas
Por los resplandores del sol del pasado,
Más pasamos mostrando en nuestra frente
El sello alegre de la juventud;
Que es talón de Aquiles,
Cansado de
pasear por los laberintos del sueño,
Donde las flores florecen sobre tórridas arenas.
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