Dando
vueltas al sol
II
El amor quedó consagrado en los cerros del olvido
Y las estrellas dejaron de chisporrotear.
Las quimeras de la gloria
Se marchitaron al igual que lo hacen las flores.
¿Es justo? ¿Tiene necesariamente que ser así?
Ni Dios, ni el sol, estarían de acuerdo;
Pero el fuego se apagó.
¿Qué horrendo crimen cometimos?
Nos estrellamos contra las estrellas del cielo
Pensando que quizá era nuestro mal menor.
Ahora, eres una auténtica desconocida;
Pues ignoro todo el resto de tu vida,
Y yo, sigo desterrado en estos páramos
Con la frente pálida, sin expresión.
El dolor devora el tiempo
Y el corazón no se siente.
¡Soy demasiado viejo!
Ya me he cansado de dar vueltas al sol,
Pues tengo un atolondramiento de tiovivo.
Busco la blanca vereda;
Pero mis vértebras tiemblan
Y hasta mis lágrimas furtivas lo hacen;
Pero las penumbras triunfan sobre los sueños
Que, a paladas, vacían mi vientre.
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