sábado, 18 de junio de 2022

El aire que respiro

 

El aire que respiro

 


Tiene el aire que respiro

Una memoria de siglos;

La existencia puebla de júbilo

La física que al corazón enamora;

Circundando las ansias

De estar al lado de la Venus colosal,

 Personificada en mujer.

Mi poesía levita ante su altar sagrado

Y cada pedacito de su flor,

Va engarfiada a la música de mis fantasías.

Mas la vida me apartó de su cielo

Y una angustia penetró en mis retinas,

Que, como cenizas, inflamaban la pasión

Derritiendo así la nieve diabólica

Que se mantenía viva en mi alma.



Era el  carmín de sus labios

La cúspide eterna,

Mientras en el graveo cielo

Deambulaban los destellos de los astros

Guiando a los poetas convertidos en cisnes.

 La mañana con su edredón de armiño

Saludaba al  cervato que correteaba

 Por las verdes praderas de la vida.

La lluvia es dulce,

Y la sangre enamorada

Es cual  vegetal huérfano en su universo.

La  victoria será estéril si envejece el aliento,

La mirada humilde nos da su adiós

Cuando el alma encuentra su eterna ceniza.

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