sábado, 29 de junio de 2019

La cueva de Platón


La cueva de Platón

 


 Hombres encadenados

En las profundidades de una caverna

Sin haber podido salir nunca de ella.

Sin la capacidad de mirar para atrás,

Sin comprender el origen de esas cadenas.

 A cierta distancia, por encima de sus cabezas,

Hay una hoguera que ilumina un poco  la zona.

Entre los encadenados y la hoguera

Hay un muro que Platón, equipara a las  artimañas

Que realizan los tramposos y embaucadores

Para que no se noten sus trucos.

Entre el muro y la hoguera

Hay otros hombres que llevan objetos

Y que sobresalen por encima del muro,

De modo que sus  frías sombras,

 Se proyectan sobre la pared que están contemplando.

Los hombres encadenados de este modo,

Ven la  silueta de árboles, animales, montañas,

Personas que vienen y van.
 

Esos hombres encadenados,

 Se parecen a nosotros, los seres humanos

Ya que ellos y nosotros

Vemos más que sombras falaces,

Que simulan una realidad.

Si uno de los hombres encadenados

Pudiese mirara para atrás,

La luz del fuego,

Harían que apartaran la mirada

Y las figuras borrosas que pudiera ver

Le parecerían menos reales

Que las sombras que ha visto toda la vida.

Si alguien de los hombres libres

Les obligasen a ir en dirección de la hoguera

Hasta salir de la oscura caverna,

La luz del sol les molestaría más

Y querría volver a la cueva oscura.

Si se reuniera con los hombres encadenados,

Permanecería ciego por la falta de luz solar.

Todo lo que pudiese decir sobre el mundo real

Sería recibido con burla y menos precio.

La verdad una vez que se conoce

No hay marcha atrás

Pues recibe la luz de la realidad




  Estaba encadenado

 

Sigo encadenado en mi cueva

 La luz, trae consigo sombras;

Todos los días hablo con ellas

Cuentan que alguna vez nombras.

Mi cueva es el pensamiento,

Mi pensamiento es la cueva,

Las sombras el sentimiento

Y el sentimiento te llevas.

Tu luz forjó las cadenas

Que sujetan los tobillos,

Larga es  ya esta condena

Y oscuros son  sus visillos.

Y así con oscuridad

Me paso los días en vela;

Sin ver esa claridad

Que se aprecia tras la cueva.

La cueva de la ilusión,

La cueva de las intrigas;

La cueva del desamor,

La cueva de las mentiras.

La mentira es una cueva

Donde se oculta el amor,

Cuyas siluetas proyectan

Un reflejo que espiró.

Mañana saldré de la cueva

Y me dirigiré a vos,

Cuando la luna esté llena,

 De embrujos y de pasión.

¡Qué bonita está mi cueva!

Ha entrado un rayo de sol,

 Y mi corazón se eleva

Como pompa de jabón.

Platón entró en mi cueva

Figuras desfiguró,

Pero dejó su veleta

Y mostró la dirección.

 












 

No hay comentarios:

Publicar un comentario