viernes, 18 de junio de 2021

Un ramalazo de locura

 

Un ramalazo de locura

Quizá pensó que, una forma de tenerme a su lado

Era casándose con mí único hermano.

¡Debe de estar loca! A mí hermano, ni ha visto ni conoce;

¡Cual grado sería su grado de desesperación!

Pues debido a ello, se le ocurrió tal cosa.

Me caso porque así lo ordeno y mando;

Y ella se lo cree; Pero únicamente ella.

Mañana ya veremos qué otra cosa se le ocurre.

A mí me parece que lo único que va  a conseguir

Es enredar más la madeja del sentimiento

Para luego ser la gata que arañe sus hilos

Con sus antojadizas uñas retráctiles.

¡Ni caso! Pero por si acaso,

Siempre diré que nunca yo la he escuchado,

Que debido a la edad, me he vuelto teniente;

Por eso, si alguna vez observas que mi cara explota,

O que miro a un punto inconcreto sonriente

Es porque me estoy acordando

De la anécdota de esta suprema idiota.

Intentando   hacer  niñerías quinceañeras

Cuando la realidad es que ya es abuela.

Algunos, dirán que  son cosas de la era moderna

Cuando la necesidad ahoga y  el tiempo apremia.

Pero ella ahí lo lanza al viento

Sin saber que el viento se subleva

Y te arrastra como si fueses un simple grano de arena.

¡Helena! ¡Helena!

La verdad que me das pena.

¡Qué amargura! ¡Qué amargura!

Vivir con esta locura.

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