La
mujer veleta
He llegado a la conclusión
Que nunca podré atraparte;
Eres escurridiza, como el viento,
Que cambia de dirección
Cuando menos lo esperas,
O en el mejor de los casos, cesa por momentos
La veleta del sentimiento
Sólo indica por donde sopló
La última vez que lo hizo;
Pero la mujer veleta,
Cuando no hay viento,
Lo genera con sus pasos erráticos o violentos
¡Pero qué te sucede!
¿A caso tienes miedo?
¿De niña maltrataron?
¿Entonces por qué me evitas?
¿Piensas que existen los ogros?
No logro entenderlo,
Cuando es admiración
Lo que veo en tus ojos.
¿Te gusta hacer sufrir?
¿Disfrutas con ello?
El dolor me lo causas a mí
Yo que venero y deseo.
En este tira y no afloja
Los dos nos encontramos.
Déjame al menos que recoja
Un pétalo de tu ramo.
Sería un pequeño gozo,
Una ligera victoria,
Antes de caer en el pozo
Oscuro de la melancolía;
Pues esta, aparece con el fracaso con el nublado dla
Al menos no se me podrá culpar
Por no haberlo intentado,
Aunque en ese intento
Intuyo haber fracasado.
¡Vale, me has vencido!
¿Y ahora qué preciosidad?
¿Hago como que no te he conocido
Siendo que tengo tu número
Y tú tienes el mío?
Nunca nos hemos llamado;
Pero guardo tú número
¿Y tú, lo has perdido?
Si es así, mejor no buscarlo
Y pensar que yo para ti
Ni existo ni he existido.
¿Y después del después qué viene?
No te lo diré porque no lo sé;
Sólo tú sabes lo que te conviene;
Pero antes de decir o hacer
Piénsatelo aunque sea por una última vez.
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