jueves, 17 de junio de 2021

Oda a mi amigo

 

Oda a mi amigo

Tú eres mi mejor amigo,

 Y  así yo te considero;

Porque estuviste conmigo

Los días que estuve enfermo.

Tú eres quien nunca me falla,

Tú siempre diste tu aliento

Pues cuando otros  se callan

Siempre a mi lado te tengo.

Ante la adversidad diste ánimos

Para que me levantara,

Cundo pienso en un amigo

Te otorgo mi confianza.

Tú tienes ese privilegio

 Para mí, es lo importante;

Estudiamos en el mismo colegio

Y vivimos aventuras emocionantes.

Cuando estas fueron contadas

Otros  siguieron nuestros pasos;

Sus vidas fueron colmadas

De emociones y de halagos.

 Lo demuestran las fotografías

El bueno,  el feo y el malo;

Eran  instantáneas de la vida;

Pero quizá esa imagen no mostraba la verdadera realidad.

El bueno, es porque por su pelo largo afeminaba su cara,

El malo, porque mostrabas tus músculos de chico duro,

Y yo, el feo, porque  mis cincuenta kilos

Mostraban el rostro demacrado;

Aunque  ahora, podría decirse que era un cachas

Debido a nuestros baños en los ríos

Donde a mano, pescábamos  barbos y carpas.

Teníamos nervios de acero

Y aguante para meternos en las cuevas,

Mientras alguien nos sujetaba por los pies,

  Para seleccionar  la mayor pieza.

Sobreviviste al derrumbe mortal

 De la estructura de una nave de acero,

 Pues tus piernas supieron aguantar;

El dolor de aquel dominó traicionero.

Aquella nave no pudo contigo

La vida sigue  y también nuestra amistad,

Hasta la eternidad seremos amigos

Pues amigo es el que va a verte al hospital.

El amigo, es aquel que da el abrazo fuerte,

Esa es la rubrica de su verdadera  amistad 

Cuando  se ven de nuevo frente  a frente,

Y hasta los pies te hace levantar.

Si alguien desea saber si al que le ofrece su mano

Es un verdadero amigo, tiene que sentir su fuerza;

Un estrechamiento de manos como pluma ligera

Significa que no es un verdadero amigo,

Si te ha chocado la mano es sólo por cumplir;

Pero el verdadero amigo  enseguida se da cuenta

Pues muestra en sus manos toda la fuerza de su existir.

Yo, tu corazón, lo he sentido en tus puños

Quedándose grabado para siempre en mi alma.

Quizá en la otra vida, si es que existe,

No hará falta ver a ningún dios para apreciar la Gloria;

Bastará con que un amigo como tú

Este esperándome y me lleve en su memoria.

 

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