Oda
a mi amigo
Y así yo
te considero;
Porque estuviste conmigo
Los días que estuve enfermo.
Tú eres quien nunca me falla,
Tú siempre diste tu aliento
Pues cuando otros se callan
Siempre a mi lado te tengo.
Ante la adversidad diste ánimos
Para que me levantara,
Cundo pienso en un amigo
Te otorgo mi confianza.
Tú tienes ese privilegio
Para mí, es lo importante;
Estudiamos en el mismo colegio
Y vivimos aventuras emocionantes.
Cuando estas fueron contadas
Otros siguieron nuestros pasos;
Sus vidas fueron colmadas
De emociones y de halagos.
Lo demuestran las fotografías
El bueno, el feo y el malo;
Eran instantáneas de la vida;
Pero quizá esa imagen no mostraba la
verdadera realidad.
El bueno, es porque por su pelo largo
afeminaba su cara,
El malo, porque mostrabas tus músculos
de chico duro,
Y yo, el feo, porque mis cincuenta kilos
Mostraban el rostro demacrado;
Aunque ahora, podría decirse que era un cachas
Debido a nuestros baños en los ríos
Donde a mano, pescábamos barbos y carpas.
Teníamos nervios de acero
Y aguante para meternos en las cuevas,
Mientras alguien nos sujetaba por los
pies,
Para seleccionar
la mayor pieza.
Sobreviviste al derrumbe mortal
De la estructura de una nave de acero,
Pues tus piernas supieron aguantar;
El dolor de aquel dominó traicionero.
Aquella nave no pudo contigo
La vida sigue y también nuestra amistad,
Hasta la eternidad seremos amigos
Pues amigo es el que va a verte al hospital.
El amigo, es aquel que da el abrazo fuerte,
Esa es la rubrica de su verdadera amistad
Cuando se ven de nuevo frente a frente,
Y hasta los pies te hace levantar.
Si alguien desea saber si al que le
ofrece su mano
Es un verdadero amigo, tiene que sentir
su fuerza;
Un estrechamiento de manos como pluma
ligera
Significa que no es un verdadero amigo,
Si te ha chocado la mano es sólo por
cumplir;
Pero el verdadero amigo enseguida se da cuenta
Pues muestra en sus manos toda la
fuerza de su existir.
Yo, tu corazón, lo he sentido en tus
puños
Quedándose grabado para siempre en mi
alma.
Quizá en la otra vida, si es que
existe,
No hará falta ver a ningún dios para
apreciar la Gloria;
Bastará con que un amigo como tú
Este esperándome y me lleve en su memoria.
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