Un
hombre enamorado
Cuando la primavera con fulgor renace,
Cuando el prado se convierte en blanca
flor,
Llega la hora de preparar el equipaje,
Es la hora de buscar un nuevo amor.
El instinto prepara la aventura
Guiado por la voz del corazón;
Y el anhelo que guardaba en la
espesura
Busca el valle donde canta el
ruiseñor.
Cuenta que un día estuvo enamorado
De una orquídea cuyo fuego abrasador,
Se estancaba en la comisura de sus
labios
Donde el deleite se mezclaba con
pasión.
Y al probar aquel ardiente beso
Que pícaramente una tarde le ofreció,
Desde entonces se siente igual que un
preso
Deseando volar de su prisión.
Ya jamás podrá olvidar aquel beso
Que hasta entonces él nunca sintió,
El amor hizo de él un hombre nuevo:
Más amable y con mucho más valor.
No sé donde está la orquídea
Ni donde se halla el ruiseñor;
Tan sólo sé que hay un hombre
Que hoy espera en la estación.
Es la estación de su vida
No cabe alguna equivocación,
Lo sé de muy buena tinta
Porque ese hombre... soy yo.
El tren para mí ha llegado
Me acomodo en mi vagón;
Soy un hombre enamorado
¡Y ya me voy…! ¡Adióóóóós…!
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