Sin
escapatoria
Solamente hay una cárcel
Donde no hay escapatoria;
Allí, se pudre la sangre,
Allí, se hiela la gloria.
Allí, acaba el caballero,
Allí, la noble señora,
Vestida de terciopelo
Cuando renace la aurora.
No es una prisión de acero,
Ni tampoco de escayola,
Sino el sepulcro eterno
Al que tendrás como alcoba.
Lo que en vida no hayas hecho
No esperes hacerlo muerto;
Pues cuando uno se muere
Es hasta el fin de los tiempos.
Al menos, es lo que pienso
Aunque equivocado esté;
Que cuando se muere el cuerpo
Se muere el alma también.
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