miércoles, 25 de diciembre de 2019

Más allá del ocaso


Más allá del ocaso

Cuando era joven y tenía dinero

Encontraba amor  por el sendero;

Bellas damas querían conocerme

Y tenerme entre sus brazos;

Ahora, mi juventud duerme

Sobre los áureos rayos del ocaso.

¿Vendrás a verme? ¿Querrás besarme?

Tengo el mismo corazón;

Pero las arrugas de mi frente

Dicen que algo cambió.

¿Quieres mi frente arrugada?

¿Quieres mis manos que tiemblan?

¡Ya no soy flor deseada!

¡Su frescor duerme la siesta!

Pero sigo siendo flor,

 En verdad  que marchitada;

Más aún  late el corazón

Con sangre petrificada.

Si quieres mi corazón

Sus latidos te daré,

Y se calmarán mis manos

Con las sedas de tu piel.

Pues el  amor verdadero,

El de la tierna pasión,

No se adquiere con dinero;

Sino que está en el sendero

Donde late el corazón.

 

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