martes, 31 de diciembre de 2019

El palomo cojo "soneto"


El Palomo cojo
"Soneto"

Sólo el adulterio me avergüenza,

Pues tan claramente veo ofendido,

Que el cielo,  se cubre de simpleza

Tras la infamia del pecado escondido.
 

Por Dios, por la mujer, por su marido,

Por mis huesos, por mis ojos, veo el recelo,

Y esa estampa pisoteada, de hombre herido

Con lágrimas de triste desconsuelo.
 

Sólo enloquecer yo   ahora quiero

Con la postrer sonrisa de un  antojo,

Donde todo se lava con dinero.
 

Presume el adultero de ser palomo  cojo,

Arrepentimiento es lo que de él espero,

No la palidez  del susto,  risa y  gozo.

lunes, 30 de diciembre de 2019

Sin escapatoria


Sin escapatoria
 

Solamente hay una cárcel

Donde no hay escapatoria;

Allí, se pudre la sangre,

Allí, se hiela la gloria.

Allí, acaba el caballero,

Allí, la noble señora,

Vestida de terciopelo

Cuando renace la aurora.

No es una prisión de acero,

Ni tampoco de escayola,

Sino el sepulcro eterno

Al que tendrás como alcoba.

Lo que en vida no hayas hecho

No esperes hacerlo muerto;

Pues cuando uno se muere

Es hasta el fin de los tiempos.

Al menos, es lo que pienso

Aunque equivocado esté;

Que cuando se muere el cuerpo

Se muere el alma también.

 

domingo, 29 de diciembre de 2019

El esqueleto Manuel


El esqueleto Manuel
 

 Mi carne, mi cuerpo esbelto,

Lo devoró el fuego de la vida;

Ahora queda mi esqueleto

Como una estatua esculpida.

A veces, salgo de noche

Cuando los luceros brillan,

Y me coloco de broche

De un pescado sus espinas.

Pues ya no temo pincharme,

Ya nada me causa herida,

Mis huesos no tienen sangre,

En la tumba quedó vertida.

La tierra se la tragó

Como a una rosa encurtida,

Dejando agrio sabor

Como agria es la mentira.

Si me vieses   paseando

Con un cayado de encina,

No estarás alucinando

Pues yo soy Manuel, vecina.
 

El que regalaba flores,

El que ante ti aún se inclina;

Pues  desprendes los fulgores

De las albas vespertinas.

Soy un esqueleto andante

Al que aún le gusta la música,

De ese inacabado baile

Con aquella orquesta rústica.

Quisiera bailar contigo

 Hasta la estrofa final,

Más no será en este mundo

Sino en el del más allá.

Tintinean todos huesos

Ya blancos como  el clavel,

¡Qué pena no darte un beso

No tengo carne, ni piel!

Pero aún me queda una cosa,

Mis huesos como joyel;

Pues la noche es más hermosa

Cuando aparece Manuel.

sábado, 28 de diciembre de 2019

El hombre agradecido


El hombre agradecido
Las piedras de los caminos

Se apartaron para mí;

Para juntar los destinos

Y ser un hombre feliz.

No tengo miedo a la muerte,

Ni tengo miedo a la vida,

Si conmigo estás presente

El día de mi despedida.

Está escrito en las estrellas

Y en tus ojos cuando miran,

Que no hay dos flores más bellas

Que las dos de tus mejillas.

Y el día que yo me vaya

Tendré conciencia  tranquila;

Por alta que sea la muralla

Más  alta será tu estima.

Pues lo bueno de este mundo

Es que hay gente como tú;

Que desde lo más profundo

Te muestran su gratitud.

Si de buenos nos pasamos,

No llegará la extinción;

Y todos seres humanos

Vivirán con bendición.

Gracias, gracias, muchas gracias,

Muchas gracias por cuidarme,

Te doy gracias con el alma

Gracias, gracias, por amarme.

 

jueves, 26 de diciembre de 2019

Llegó en patera


Llegó en patera
 

Creyó Cristo oportuno

Viajar a Europa en patera;

Y se cubrió con harapos

Y tiznó la cara negra.

La humildad, era su escudo,

La cruz, su espada y bandera;

Creyendo ser suficiente

Para que acogida dieran.

Pero al cruzar el estrecho

Con sus aguas traicioneras,

La barca que transportaba

Manó agua por cubierta.

La gente desesperada,

Por ver lejana la tierra,

A Dios y al cielo rogaban

Que un puente les extendieran.

Más no hubo ningún puente,

Ni una mísera escalera,

Sino la lancha motora

Que era de Guardia Costera.

Y sin mirar por sus vidas

De una manera grosera,

De forma intimidatoria

Pidieron diesen la vuelta.

  Suponían una amenaza

Que cruzasen la frontera,

Para partirse la espalda

A cambio de unas monedas.

La barca ya medio hundida

Por el furor de  las  crestas,

Y conforme al mar  caían

La gente quedaba muerta.

No hemos podido hacer nada,

Decía al otro día la prensa,

La culpa es de las mafias

Trafican con hambre y guerra.

Sólo un hombre  se salvó

Porque se agarró a la cuerda,

Lanzada por un pescador

Cundo a puerto iba de vuelta.

Una cruz llevaba en la mano

De baobab   por más señas,

De origen  subsahariano

Y es Él, quien todo esto cuenta.

 

 

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Más allá del ocaso


Más allá del ocaso

Cuando era joven y tenía dinero

Encontraba amor  por el sendero;

Bellas damas querían conocerme

Y tenerme entre sus brazos;

Ahora, mi juventud duerme

Sobre los áureos rayos del ocaso.

¿Vendrás a verme? ¿Querrás besarme?

Tengo el mismo corazón;

Pero las arrugas de mi frente

Dicen que algo cambió.

¿Quieres mi frente arrugada?

¿Quieres mis manos que tiemblan?

¡Ya no soy flor deseada!

¡Su frescor duerme la siesta!

Pero sigo siendo flor,

 En verdad  que marchitada;

Más aún  late el corazón

Con sangre petrificada.

Si quieres mi corazón

Sus latidos te daré,

Y se calmarán mis manos

Con las sedas de tu piel.

Pues el  amor verdadero,

El de la tierna pasión,

No se adquiere con dinero;

Sino que está en el sendero

Donde late el corazón.

 

domingo, 22 de diciembre de 2019

Cristo en la Sagrada Cruz


Cristo en la Sagrada Cruz

 Señor de todo  profundo

Tu sangre has derramado,

Para salvar nuestro mundo

Tú, fuiste crucificado.

El madero deshojado

Fue madero de pasión,

Y la herida del costado

Fue lo que a ti te mató.

Pero por obra Divina

Tres días tu muerte  duró,

Pasando a ser luz del día

Y a brillar igual que el sol.

Ahora miro para el cielo

Y veo claro resplandor,

Porque todas las tinieblas

Se las llevó el Redentor.

Y si algún día tropiezo

Con madero de pasión;

Sabré que el fin es comienzo

Para una vida mejor.

 

 

Náufrago de apeyido olvidado


Náufrago de apellido olvidado
 

Con rosas azules  de los vientos

Forjaron los océanos,

Las barbas de las ballenas

Con las flechas de los rayos de Neptuno.

El náufrago, se emborrachó de luna

Creyendo oír a los  caballitos de mar

Trotar entre las olas y el coral.

La lluvia es llanto desprendido de su bajel.

Su mirada navega hasta el puerto

Donde las tinieblas se asustan

Y ve sus ojos amarillos

Como la sangre en Agosto.

El aire desnuda las hojas

 Del tupido bosque del corazón.

Erial de párpados y besos

Donde no es posible ver los meandros  de la vida.

La noche y el día, se confunden

Con labios y ojos húmedos.

Arena y vidrio arraigan en el trueno,

Agua que huye del amor y pensamiento

Donde quedan vacías las vísceras

En la ribera de los difuntos,

Que aprendieron a morir y a ser barro

Y escombro, de ese apellido olvidado

En las espumas del mar.

Sobrecogedora telaraña

Suspendida del agujero negro

Donde se deposita

El luto de la vida.

Mientras la charca de las estrellas desnudas

naufragan en  la dorada poesía

Con su rocío de  pétalos  y esperma.

 

 

sábado, 21 de diciembre de 2019

Tormenta del alma


Tormenta del alma
 
Cuando la palabra amor

Queda estancada en la boca,

Represa el río de las pasiones

Y carne y huesos  convierten

En  labios de  yesca y roca.

Ayer, guardé silencio,

Quise decirlo; pero me contuve;

Y la flor del alma, volando fue,

Con los fulgores extraños del corazón.

Fui mago de existencia errante

Mirada suave de verde trébol,

Sin  distinguir entre libertad y futuro;

Saltamontes de la pradera idílica

Donde se agolpan las horas

En la zarza incombustible.

Fui un hombre al que se le olvidó vivir

Lanzando su pasto al abismo

Para así mejor morir.

Surrealismo de un joven  retoño

Que respiraba en el trampolín;

Conjugando los verbos de la muerte,

Dando vida a la teología marina,

Taladrando las  luminiscencias del alba

Con la neblina de sus ojos pardos.

Eso soy yo. El ocaso de un dios

 Que nació prematuro,

Y sus alas, fueron frenadas por el viento

Al atravesar el  luminoso arco iris,

Originado en la borrascosa tormenta

Del interior de mi desdichada alma.

 

viernes, 20 de diciembre de 2019

Sentadito, aún te espero


Sentadito, aún te espero
 
¿Dónde estará esa gente

Que hace tiempo que no vemos?

Unos dicen que están vivos,

Otros dicen que están muertos,

Otros incluso aseguran

Que están en lejanos reinos;

Pero que están tan a gusto,

Que quieren guardar silencio,

Para que no les perturben

Sus gozos con los recuerdos.

Aunque los recuerdos viajan

Como aves por el cielo,

Y en la juventud se estancan

Al igual que en olmos viejos.

Pero hay recuerdos sombríos

Que perduran en el tiempo;

Y contigo están presentes

Aunque se encuentren muy lejos.

Y puestos a recordar,

Virginia, yo bien recuerdo,

Que hicimos fotos del brazo

Y que hubo abrazos tiernos.

Aunque de forma cruel

Volando  los llevó el viento.

¡Sí, fue el viento el culpable

De formar aquel enredo!

Cuatro años no fueron bastante

Y diste el  infierno eterno.

Me privaste  de la dicha

Y lozanía de tu cuerpo;

Y a quien menos lo esperaba

Recompensaste con tu cielo.

¡Ay, qué vida más aburrida

Con un triste compañero!

Que necesitarías de otra vida

Para enmendar el mal hecho.

Si ello llegase a ocurrir,

Acuérdate que aún te quiero;

Que yo te estuve esperando,

  sentadito, aún te  espero.

Nota
Mi nieto, de seis años curioseó este poema. Y al día siguiente, en mi escritorio ,encontré este poemita en una hoja de libreta.
 Para mi abuelo
 Un  esqueleto fue a un bar
y pidió una Coca-Cola,
se le cayó al suelo
y pidió una fregona.