Tristeza
de amor
Si la tristeza, es un error de la natura,
El eco de los pasos es niebla
Cuando alguien, más lejano que el horizonte,
Siembra semillas de discordia
Para luego ser cosecha en el corazón.
Las ramas del viento hablan de futuro
Distrayendo la frente,
Meneando la risa de los abismos,
Preguntándome, si merece la pena sonreír
Cuando a la postre se paren espinas.
El fuego envidia al pájaro por permanecer a la sombra.
¿A caso los pájaros cantan sólo los domingos?
¡A caso el rizo se desriza porque lo mires?
Son preguntas que al igual que mis sueños
Se desvanecieron en una playa lejana.
En la oscuridad de la noche
Veo tu blanca calavera,
Dicha oscuridad inmensa
invita al llanto;
Si algún día hubo alegría, el viento la dispersó
Con la santa sutileza de un adiós entre la niebla.
La soledad es ya mi amiga
Y por su edad, se ha vuelto vieja,
Ocupada en sus lamentos.
Lejos, en otras fronteras, crece la nube rojiza;
Pero nadie dice lo que cree
Ni lo que
piensa, ni lo que ve.
La mano de bronce
Voltea las
páginas del libro de la historia
Y después de pasar un siglo sin conciencia,
Volamos sin alas hasta las estrellas
Donde no hay mártires ni vencidos.
Las cenizas esparcidas
Ahora dan la en hora buena.
¡Qué bonitas son las tumbas
Cuando son tumbas ajenas!
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