Las
rutinas de la vida
Las rutinas de la vida
Son como las rutinas de las flores,
Que esparcen sus fragancias sin darle importancia;
La rutina de la lluvia, acostumbrada a su humedad y
sonido;
La rutina de la niña
acariciando a sus peluches…
Las rutinas se propagan por correo
Y acaba siendo como el papel higiénico
Que siempre va
a parar al mismo sumidero.
Ojala todo se pudiese convertir en horizontes
azules,
En prados impregnados de margaritas,
Y los labios, ojala fuesen leídos como libros,
Ojala las palabras sin sentido, cobrasen su sentido,
Pudiendo tener un nombre para poder llamarlas,
María, Isabel, Josefina, Antonieta…
Más me temo que son nombres vacíos,
Ilusiones que sobrevuelan mi inconsciente
Cuando el manto de la oscuridad me aplasta.
La soledad acompaña al poeta,
Es su única amiga,
Los recuerdos caminan por otras vías;
Pero nosotros, codiciosos como cuervos,
Las llevamos a cuestas pese a que algunos recuerdos
Causen dolor en el corazón.
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