domingo, 30 de abril de 2023

Pensar con los ojos cerrados

 

Pensar con los ojos cerrados


Estoy pensando con los ojos cerrados,

En el pueblo estrecho

En la colina encaramado.

Estoy pensando con los ojos cerrados

Y veo a los vecinos cuando se van al campo;

Pese a que van con mulas que tiran de los carros,

Sujetos a sus riendas, todos se van andando,

Al compás del tran- tran

Que producen sus trancos.

Estoy pensando con los ojos cerrados

En el agua fresca de la fuente del barrio,

En el arrullo de la tórtola

Y en el clarín guerrero del orgulloso gallo.

Estoy pensando con los ojos cerrados

Y veo el cielo extenso que premia al hortelano,

Con sus lechugas verdes y el blanquecino ajo,

Con sus rojos tomates en cañas enredados.

Estoy pensando con los ojos cerrados

En como baila el pueblo

Con alpargatas de esparto,

Pues es un pueblo humilde;

Aunque de de rico arraigo.

Dios podrá quitar el horizonte

Para que todo quede más apretujado;

Pero nunca podrá impedirme

Pensar con los ojos cerrados,

 

La sombra de un malasombra

 

La sombra 

de un malasombra

 


La sombra de un malasombra

Un día abandonó el cuerpo,

Y  hoy aún vaga por las calles

Expandiendo sus efectos.

“Conmigo estuvo la sombra”

Dijo un vulgar pordiosero,

La mía muy lejos llevó

Volando cual crespón negro.

En las calles solitarias

Cuando reinan los silencios,

Hay unas sombras chinescas

Que propagan miedos tétricos.

A los niños les asusta,

Los mira frunciendo el ceño,

Y entre sus ojos llorosos

La sombra extiende sus miedos.

A veces convierte en gato,

De pelo largo y mugriento;

Sus maullidos son quebrantos

Que vuelan como murciélagos.

Dicen que esos maullidos

Provienen del mismo infierno,

Que son ecos de las víctimas

Quemándose en fuego Eterno.

También algunos afirman

Que vienen del cementerio,

Donde hay una cripta negra

Con el nombre de Demetrio;

Un consagrado ladrón

Que se apoderó del pueblo,

A base de trucos viles

Que nadie puso remedio.

Demetrio murió al garrote

Cortándole así el aliento,

Mas sus últimas palabras

Fue decir: “No me arrepiento”

 

 

Como una hoja flotando en el mar

 

Como una hoja 

flotando en el mar

 


Cuando el mercurio roza los cuarenta

Sólo los pobres lloran

En la millonaria ciudad.

La música de los pájaros

Se ahoga en su aire de muerte.

Los coches queman,

El grifo de las fuentes también.

Hasta los testículos se cuecen

Con el salobre sudor.

Yo, ahora, aullaría como un oso

Si no fuese por la lata  fría de cerveza,

Gracias a ella, luego daré zarpazos

 Y veré escenas abstractas.

El subconsciente se ve gaseado

Por bestias codiciosas de hábitos nocturnos,

E inventando idiomas delirantes

Con sentimientos insensibles a la sociedad.

Quisiera huir;

Pero las estrellas errantes me persiguen,

Mis latidos desean detenerse;

Pero sus manos de reptil me frenan.

La brea impide el crecimiento

De las frescas hortalizas,

Pues coloca su impermeable negro

Impidiendo transpirar la tierra.

La vida no se vive. Se viola,

De esa manera, todo parece más bonito,

Como una hoja de verdad flotando por el mar;

Luego, podremos inventarnos años de sesenta meses

O  retorcernos con las fantasías eróticas de la eyaculación,

Pues las cuerdas de nuestro corazón

Inspiran la pena derramada

 En la gota que desbordó el vaso.

Los pies se rinden para dejar de huir

De las serpientes de metal,

Que se alimentan de las orgías de nuestras miradas.

Murió el cazador nostálgico

Y ahora, las luciérnagas, lloran su ausencia.

La naturaleza es sabia,

Los hombres… Unos simples.

 

Espejismos de primaveras

 

Espejismos de primaveras

 


Marzo nos  trae consigo

Naufragios de primaveras,

Pues ya no transportan cartas

Las palomas mensajeras.

La tarde imanta espejismos,

Sus figuras me  emparedan,

Y el viento arrastra promesas

Cortantes como  tijeras.

 

 

sábado, 29 de abril de 2023

Barro en las nubes

 

Barro en las nubes

 

Las nubes sólo traen barro

Para paliar la sequía;

No me importa tu cosecha

Sólo me importa la mía.

Eso mismo dirá otro

De distinta cofradía,

El egoísmo es de todos

Y renace cada día.

Unos trafican con drogas,

Otros con las penas mías;

Pero de todo lo absurdo

Es vivir con agonías.

Pues ya  no llueve con gusto,

Parecen  lágrimas frías,

Manchando todos cristales

De barro y de porquería.

viernes, 21 de abril de 2023

A los que todavía no han escrito su carta

 

A los que todavía

 no han escrito su carta

 

Hace tiempo escribí una carta:

 No tenía en mente a alguien en particular,

El sobre, iba sin remite y sin destino.

La escribí de noche. Era Septiembre,

Las sombras, como cuchillas de afeitar

Se extendían por el páramo,

Mi mano escritora, compulsiva,

Buscaba un alfabeto

Con figuras tridimensionales de brazos y piernas.

Quizá me lo tomé como un pasatiempo,

Como aquel que intenta contar a ojo

 Los granos de trigo que hay en un saco,

Buscando la efervescencia de los deseos

Con el luminoso presentimiento

De salir del laberinto oscuro,

Donde aúllan los felinos negros.

Preguntándose por el día que vendrá,

O para ver si el futuro nos trae algo mejor.

La primavera prescribió. Llegó el otoño,

Y los brazos y piernas que buscaba

Se habían convertido en flores marchitas,

Los pájaros. ya tomaron sus dosis de alegría.

Todo parece un eterno insomnio,

Un vapor acuoso que mantiene apagado el sol;

Las farolas de las calles encendidas

Parecen hileras de pinos metálicos.

Para llegar a algún sitio, es menester hacer planes,

De ese modo se evita dar vueltas en baldes;

Los deseos engañosos, provocan engaño,

Crueles pesadillas e insatisfacción.

Las sombras penetran en los ojos,

El mundo muere en la ciudad,

Los sueños son fugaces,

El viento se rompe al chocar con los edificios altos

Propiciando una metástasis perversa.

Las mujeres y hombres viajan solos,

Cada uno por su lado,

Y la poesía, corresponde a esta filosofía común.

Nadie quiere asumir riesgos en la batalla;

No se puede cambiar la historia

Y menos aún, cuando se escriben cartas

A ningún particular dirigido.

Todos somos floreros,

Huesos en descomposición bajo la ventisca.

Hoy ya sé cuantos granos de trigo había en el saco;

Había tantos como esperanzas tiene la vida.

Ahora, sólo toca repartir el pan,

El pensar, se lo dejo a aquellos

Que todavía no han escrito su carta.

 

 

martes, 18 de abril de 2023

Cuando las penas se recogen con rastrillos

 

Cuando las  penas

 se recogen con rastrillos

 


De niño, cuando llovía,

Me asomaba por la ventana

Y el sonido producido en los cristales

Me parecía toda una sinfonía,

Y observándola, perdía la noción del tiempo.

Mi ropa permanecía seca,

Sin embargo, en las calles todavía de tierra,

Se producían charcos color chocolate.

De niño, los ojos estaban en mis manos

Y siempre los labios estaban dispuestos a los besos,

Con ese frescor que iguala a las flores de la primavera,

Cuya brisa, refrescaba mi cara con su dulce acordeón,

Los rincones oscuros eran espejos del cielo.

En las aldeas vecinas se oía el arrullo de la tórtola

Y el canto de los mirlos indicaba su profundidad,

La piel respiraba paz

Mientras el espacio se desplegaba

Mostrando el verdadero significado del trigal.

¿Ves? No me olvido de las horas vivas

Ni de la oración que recitaba cada noche

Capaz por sí solas de provocar mareas.

Ahora, la nostalgia se conserva en mis ojos

Y las heridas del alma antes superficiales,

Son profundas,

Pues las penas se acumulan

Pudiéndose recoger con rastrillos,

El aleteo del cuervo consagra las noches frías

Y las tardes, son menos azules

Cuando los lamentos se funden con el alma.

De niño, me gustaba pasear por los bosques de hayas

Y  la ribera del río era un clamor de trinos.

Ahora, las estrellas y las  flores se precipitan al abismo

Cada vez que pronuncio el nombre de una mujer;

Pues por culpa de un amor desenfrenado,

Mi corazón se agita a ritmo de tambor.

De niño, se podía beber en las fuentes,

Ahora, ninguna es potable por culpa de la contaminación.

Quizá sea normal que esos recuerdos crezcan con vigor

Y que los mástiles de los veleros de infancia

Lleguen a soñar con lo eterno

Pues los pájaros encontraban el horizonte

Y el sol se estancaba en mi pecho.

Ahora, después de medio siglo

Creo que llega la hora de mi reconocimiento,

De que los mástiles, sean islas que invitan al naufragio,

Pues embriagado por tantos ayunos

Y tantas estrellas fugaces,

Me aguarda la dicha de la hiena

Pisoteando la piedra añosa,

Que priva del amor con su risa ramplona.

Venus aparece en el cielo y las luciérnagas

Encienden las orillas del río

Donde se tañen los silencios.

La verdad es cristalina como el agua de la fuente

Con ella, cualquier discusión es imposible,

Pues los sentimientos,

No deben nunca luchar contra sí.

Amor de roca

 

Amor de roca


La piedra, puede ser dura;

Pero no por ello es indestructible;

En realidad, nada es eterno:

Ni la fortuna, ni el amor, ni la vida…

Todo está sometido a las fuerzas de la naturaleza.

¿Y qué fuerza puede tener el hombre

Cuando su vida se limita a horas?

Horas de estío, segundos de placer;

El placer, es la cúspide de nuestros deseos;

Pero si comparamos ese placer

Con el sufrimiento o el esfuerzo por sobrevivir

Es tan minúsculo,

Que hay que reconocer que estamos jodidos,

Que la vida se ríe de nosotros

Como si fuese una hiena que se ríe antes del festín

Y luego, se escapa riéndose como diciendo.

¡Yo no he hecho nada!

Nos podemos reír hasta de nuestra propia sombra;

Pero es la sombra eterna la que al final

 Se ríe de nosotros y humilla.

Por más piedras que coloquen sobre nuestras tumbas.

“Sobre la tierra vivió

Y bajo la tierra yace”

Este podría ser nuestro sencillo epitafio,

Piedras que aplastan nuestro cuerpo

Y nos sumerge en la más completa oscuridad.

La luz del sol se ve impotente,

No puede llegar con sus rayos

Ante esa oscuridad siniestra y  absoluta;

Pues la oscuridad, reina sobre los cuerpos inertes

Que ni sienten, ni padecen.

Alguien tuvo un amor de roca;

Pero el contraste del frío y el calor

La hizo explotar y entró a formar

Parte de ese desierto que ciega los ojos

Con sus tormentas de arena y polvo.

 

domingo, 16 de abril de 2023

Decir poema

 

Decir poema 


Decir poema, es decir sonrisa perfumada,

La musa infinita que presta auxilio,

Las palabras que destilan nuestros sentimientos

Y que cuelgan como ofrendas del ser amado.

El poema es la esencia de la flor

La que penetra en el alma deslizándose como una sierpe

Y de forma caprichosa, acepta los versos con preguntas:

¿Cuál es el pozo de máxima oscuridad?

¿Cuál es la loba enfurecida por las picaduras del enjambre?

El relámpago centellea con sus ojos claros

Mientras el alma desciende al fondo del abismo

Para enarbolar la verdad que hierve en las entrañas;

Luego, a paso de camello, contemplo el panorama

Como un auriga mágico consagrado al ardor;

Ya soy Pegaso, que conmovido por sus celos

Vuela tan lejos que llega hasta tus sueños

Para poder descorrer el velo del misterio

Que permite reencarnar al mito de la divina viña,

Donde fermentan millones de hazañas

Que reconstruyen el mundo interior

Comercializando con la sombría mente.

Dios perfumó el pecho para alegrar el corazón

Y todo su amor exhala la libertad del ciervo rojo.

La diosa de los mares caldea la playa de las emociones

Y el pez, de negro alabastro, destruye la utopía del verso.

Los poetas, no reconocen las fronteras,

Los hombres vulgares sí, 

Y hasta colocan alambradas de espinos.

Yo le pregunto al árbol de quién es dueño,

El árbol me mira y me recuerda

Que es el fruto de la tormenta enfurecida,

Que cortaron sus piernas

Y  sus muñones se hincaron en la tierra

Avergonzados por el dios del trueno.

Mi país, es el cielo que me escucha,

Mi bandera, son  las gotas del rocío en mi cara,

Y mi amor, son los ojos de una cierva

Que permanece a la sombra del bazar

Comercializando con su cuerpo un poco cada día,

Y de tanto poco y poco,

Se llenan los autobuses y los tranvías.

A menudo se lucha contra el hormigón

Por no dejar crecer la hierba  salvaje;

Pero ya te puedes volver loco produciendo el verde,

Cuando existe una multitud de ojos como puntas de flecha

Pidiendo y pidiendo, se forme una guerra mundial.