La
poesía es la cómplice del alma
La poesía es un río interminable,
Con ella, se rinde culto a la belleza,
Vaciando el peso del pecho
Y saboreando
hasta la respiración.
La poesía es la cómplice del alma
Y el reloj que marca las pulsaciones del corazón.
Sé que algún día taparán mi cuerpo
E intentaran disimular la amarga mueca de mi rictus;
Pero siempre quedará viva la metáfora
Como el canto de queja de los pájaros,
A sabiendas
de que siempre la piedra
Será bendecida por el liquen,
Propiciado por la última lluvia.
Nunca sabremos para quien se escribe,
Ni sabremos el color de su piel, de sus ojos o su cabello,
Pese a que los versos sean claros como el agua,
Y cada gota
represente la magnitud
Que revela nuestros sueños filosóficos
Bramando en el embravecido mar sujeto en el pecho.
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