viernes, 10 de marzo de 2023

Desde el mirador de la vida

 

Desde el mirador de la vida

 


Me subí hasta el mirador de la vida

Y encontré la tierra viuda,

Exhausta, apoyada sobre tablas podridas,

Gentes desnudas, rodeadas de gentes desnudas;

La basura cuelga en racimos,

Y la ciudad sin jardines

Parecen páramos urbanos

Donde se pregunta por Dios,

Por la libertad, por las olas de la playa;

Nadie disfruta de una conversación,

Las manos se vuelven ociosas,

Y la poesía pasó a la historia;

Porque... ¿Quién tiene humor  para escribir algo bonito

Cuando todo lo que le rodea es basura,

Escombros y restos de metralla?

Se olvidaron los olores, los sabores, los colores,

Los canticos y las alabanzas a Dios.

Dios se acercó demasiado al sol

Hasta que se volvió rojo,

Y ahora viaja en un tren

Donde la carne adora el suicidio,

Los besos saben a vodka,

A whisky a coñac...

Ahora por las calles se pasean sombras,

Gente a las que parece faltarle algún tornillo

Y que con voz ronca grita ¡espera!

¿Esperar a qué?

¿A morir?

¿A que se hielen las palabras melosas?

Las nubes se hinchan de abismos

Y amenazan con estruendos y delirios.

Al final todo será papel,

Con escritos anónimos;

Y con el futuro se harán estatuas

Mostrando rasgos de queja o de dolor.

Nadie esperaba este indeseado fin,

Ni que el trueno cupiese por la estrechez del embudo

Para matar el tiempo.

¡Qué vergüenza!

Pues la vergüenza,

 Es proporcional al daño infringido.

Mañana me convertiré en perro

Y ladraré a todo vicho viviente que se cruce en mi camino,

Así, alcanzando la meta de lo absurdo

Apagaré el hastío y quizá reciba

El aplauso de los mancos,

Que perdieron sus manos

Tras intentar ojear La Biblia.

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