sábado, 11 de marzo de 2023

La fórmula que describe el cielo

 

La fórmula

que describe el cielo

 


Te miro.

Me miras.

Tú te preguntas quién soy;

Yo me pregunto qué quieres.

Seguimos siendo animales

Y nuestros instintos van por delante

De  la apariencia, de nuestro ser.

Con los ojos te invito a fornicar;

Eso es algo que todos los animales hacen

¿O acaso piensas que esos deseos

No van con los hombres?

Por algún lugar habrá que evacuar

Todo lo que  admiramos.

No podemos limitarnos a tomar el sol,

A sentarnos en un banco

Viendo cómo pasan los trenes, las nubes, o los pájaros.

Veo curioso que los pájaros canten

Como ritual de cortejo;

Lo lógico, sería cantar o pavonearse después

De haber consumido el acto sexual;

Pero no, primero cantamos

Para demostrar que estamos contentos

 Por tan sólo pensarlo.

Ya estoy aquí de nuevo,

Oyendo tus latidos;

Pero en vez de fijarme en tus ojos,

Estanco la mirada en el  agradable remolino

Que se produce en la unión de tus piernas

Donde habita el anhelado enigma,

El veneno invisible,

La fórmula que descifra el cielo.

El amor nos inspira,

Aunque algunos poemas nos hagan sufrir;

¿Pero qué sería del invierno si no existiese la nieve?

¿Existe alguna poderosa razón

Para que los peces naden contra corriente?

Quizá nacieron en las montañas

Y desean con ellas tener su última conversación

En el lugar más alto,

Para besar la niebla y el sol.

Hoy te miro como un pájaro enamorado,

Atrévete y canta tu canción,

Luego si quieres, tiembla,

O sangra por boca y nariz;

Pues algún precio  hay que pagar

Por subir en la montaña rusa del amor,

Donde el vientre se te sube a la boca

Y los ojos se bajan hasta los abismos.

Yo ya me detengo aquí,

Guardo silencio y te miro;

Ahora pues te toca a ti

Haz lo que indique tu instinto.

Quizás te asustes y huyas

O sueñes con ser estatua;

¡Más por favor no destruyas

La pasión que hay en mi alma!

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