martes, 7 de marzo de 2023

En un halo de nostalgia

 

En un halo de nostalgia


Hace mucho tiempo que no veo

A personas que les tengo aprecio;

En cierto modo las echo de menos

Envolviéndome en un halo de nostalgia.

¿Pero qué es la nostalgia?

En un principio, puede suponer

Intentar revivir unas emociones

Que por sí solas alegraban el alma;

Pues cuando las tenía cerca,

Suponía cierto grado de  tranquilidad

Al compartir criterios gemelos

Situándonos a ambos en la misma onda.

Ahora esa onda está aletargada,

Quizá dormida en el lago del desconocimiento mutuo.

¿Pero esto, por qué pasa?

Sin duda la familia no tiene nada que ver

Porque la familia no te obligaba

A tener esos sentimientos estrechos

Adornados  con los  llamativos lazos  de la amistad,

Ya que esos sentimientos surgen de improvisto

Con  fuerza extraordinaria, telúrica e invisible,

Tal como la fuerza de atracción que el imán posee

Sobre ciertos minerales.

Aunque en estos casos son atracciones afectivas

Al compartir similares gustos o vivencias.

Cuando dos amigos vuelven a juntarse

Después de un largo tiempo sin hacerlo

El alma se purifica

Y todo cuanto nos rodea

Nos parece más agradable y glorioso.

Todos estamos predestinados a desaparecer,

De hecho, ya muchos se nos han adelantado

Por diversas causas:

Accidentes indeseables,  enfermedades, guerras…

Propias de las personas vivas y con inquietudes.

Pese a ello, aún se llevan en el corazón,

Y por tal motivo, siguen viviendo en la memoria

Que es una forma de hacerlos inmortales.

No obstante, siempre queda ese resquemor

De no haber compartido ese último deseo,

Ese proyecto que no se llegó a culminar

Porque  la vida nos muestra  su traición

De la mano del  tiempo justiciero.

El verdadero valor de las cosas

 Haya su cenit una vez que se pierden,

Quedando entonces el tormento y la desesperación.

¡Pude hacer más!

Pero cuando se es joven

El tiempo parece estar en un montón

Y que  podemos coger de él  cuanto se quiera.

El tiempo parece un árbol de hojas perennes

Y al verlo tan esplendoroso

Te parece que siempre va a estar ahí,

Aunque no sea más que para recrear la vista.

Pero no, el tiempo muestra su crueldad

Llegando a reconocer el desengaño

Cuando ves que una de sus principales ramas

Se está poniendo amarillenta.

Sí, el tiempo es cruel,

Como cruel es el reloj que marca las horas.

Somos aves de paso,

Eso lo deberíamos saber;

Pero a veces, nos estancamos en el presente

Ignorando que tras el hoy llega el mañana.

Y nadie es dueño del mañana,

Es ley de vida, quizá injusta;

Pero es ley, y esa ley, rige nuestros destinos.

Hay quien no cree en el destino

Y quienes no les importa lo más mínimo infringir la ley;

Más la ley tiene poderosas raíces

Tanto aéreas como subterráneas

Que fijan a la tierra,

Muchas veces sujetas por el humus

De los  cuerpos putrefactos

De aquellos que ya nos dejaron.

Lo único que podemos hacer

Es vivir con ellos cuando

Estamos inmersos en el ovillo del sueño;

Pues los sueños tienen ese mágico poder,

Aunque los sueños podrían interpretarse

Como una parte de la vida

Que debemos a la muerte.

Es una paradoja

Un tanto siniestra,

Pues nos alegramos cuando convivimos

Con los ya fallecidos, reviviendo tiempos felices;

Pero al despertar, vemos la cruda realidad:

¡Ya no están con nosotros!

Por eso se desea a la gente que aprecias,

Porque siguen dándote esa oportunidad:

La de permanecer a la sombra

De ese árbol frondoso y añoso

Cuyo único límite

Es que sea arrancado de raíz

Por el violento huracán de la estupidez,

Que puede surgir cuando menos lo esperas.

La tierra firme que pisamos

No podrá entonces aguantar nuestro peso

Cayendo en ese despeñadero universal

Que supondrá el Juicio Final.

 

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