Mensaje
subliminal
“Hola,
preciosa”
Al principio, la rosa, era un botón
verde
Germinado por capricho en fresca rama;
Luego, creció hasta ser bella
Envolviendo su cáliz de fragancia.
Cuando su belleza marchitó
Sus pétalos emulaban calaveras,
Y sus estambres, eran pestañas
olvidadas;
Pues el sol que dio la vida
Apuñaló con sus rayos de fatiga.
Entonces, nadie la quería para su
jarrón
Porque su labor en el mundo caducó;
Y sin sus fragancias, quedó obsoleta,
Sin función práctica.
Ya nadie se acuerda de la bella rosa;
Los piropos hacia ella, quedaron tan lejanos
Que ahora maldice su mala suerte;
Ahora, maldice haber sido bella:
Ensalzada, alabada, deseada por todos.
“Hola
preciosa”
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