lunes, 3 de mayo de 2021

La diosa del río ahogada en la noche "Rima libre"

 

“La diosa del río

ahogada en la noche”

“Rima libre”

 

Me siento como el  perro al que   robaron su hueso;

Y ahora, adormecido por la cicuta traicionera,

 Voy tropezando con los adoquines

De esta selva diabólica a la que llaman ciudad.

Lo peor, es que fue a manos de un ángel,

Cuya vida interior censura el beso en la frente;

Fallezco en el intento de cazar el viento

Mientras mi corazón mitiga la sombra de amapolas.

Más allá del horizonte tembloso

Donde habita  la luz madrugadora,

 Hermana de la primavera y  de la lluvia;

Mi corazón masacrado por la simpleza de la vida

Se desnuda ante las sombras sonámbulas,

Donde se ahogan los cisnes de ancho pecho,

Digiriendo la derrota con el lenguaje de los signos.

Mi mano diestra se pincha con las espinas de la eriza en celo,

Y esa mano, es la que empleé para escribir

El poema: “La diosa del río ahogada en la noche”

Donde los místicos ensueños exhalan

Las últimas fragancias de las violetas moribundas.

La perla perfumada del alma alza su faz

Sobre las blancas estrellas con las que se ciñen las coronas

Del amor adormecido en sus auras;

Lejos de los látigos del último tormento.

Con la sombra de mi alma se hace la tinta

Con la que a diario escribo. Y la risa, es ese dirigible

Que flota sobre las hojas en blanco del cuaderno

Perdiendo el cálculo del destino gris,

Para dar al mundo el calor con sus rayos amarillos,

Los cuales, profanan los hímenes de las rosas vírgenes

Cuyos pétalos prostituidos, lloran ante las puertas del crepúsculo.

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