Vislumbrando
nuestra meta final
III
Los viajes del tiempo
No pueden escapar del pasado,
Ni tampoco de la hora de cada momento;
Pues el juicio del océano
Rechaza la campana del mar,
La cual, despierta a los monstruos marinos
Empapados de conciencia mística.
Sus traqueteos constantes
Y susurros metálicos,
Nos recuerdan que, los pensamientos y vivencias,
Permanecen en el pasado vacío
Con el futuro espectral de una tribu.
Que expira con la impotencia
De la virtud de un tarado
Que se hizo mayor sin florecer;
Agonizando en un cadalso,
Construido para perpetuar el silencio;
Y donde las palomas, se hielan con su errático vuelo
Al no encontrar pasto para avivar la hoguera
De un mundo sangriento.
El fin ha comenzado,
Los muertos y los agonizantes,
Ordenan los capítulos de la historia,
Descorriendo los visillos de la sencillez
Dando así sentido a la rosa impoluta.
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