Malas
compañías
Soy un tonto por desear muchas amistades,
Dado que algunas, son como un mercado
Donde se sirven a granel todas las estupideces,
Dañando la salud y quitando el sueño.
Entonces, las heridas escuecen a rabiar;
Pues creyendo tener amigos
La realidad es que cuando los necesitas, se van.
Y es que los amigos, si son buenos van al cielo;
Pero si son malos llegan a todas partes.
El tesoro de la amistad sucumbe
Y vuelve ceniza cuando su simiente
Amortaja el corazón.
Y es que debo ser un inmaduro sin incomprensión;
Creía que el camino de la amistad era recto;
Pero se enmaraña de tal manera
Que, a veces, pienso sí lo mejor sería vivir solo;
Pues pasado el febril momento de la alegría
Llega el amarillismo impregnado
Con los sulfuros azules de la melancolía;
Dado que las malas amistades
Corrompen hasta el tuétano,
Y las buenas costumbres se diluyen
Bajo la
carátula de la fantasía.
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