La última mirada
Nos vimos al pasar
Y quedamos aplastados
Tras el peso de los años.
Sin embargo, no miré hacia atrás;
Seguí mi camino lentamente,
Dejando en mi corazón
El fuego inmisericorde
que aviva las penas.
Te conocí siendo una niña,
Y fuiste la primera
Que provocó en mí vivas ilusiones.
Desconozco el cataclismo
Que originó el abandonarme;
Hoy, el albatros de la indiferencia,
Vuela errático entre las tinieblas,
Atravesando las alambradas
Que indican dolor y desaliento.
Ahora, en mi cielo,
Descansa esa última
mirada,
Quizá intuyendo que será eterna,
Que nuestra historia terminó con ella.
Marchamos sin hacer ruido,
Plasmando en nuestros rostros
Los gestos insufribles de la interrogación.
Los ojos envejecen y se cansan
De la perversa huella de la arruga,
Que cargamos en el alma
Como si fuese una cruz de plomo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario