Vislumbrando
nuestra meta final
I
Cuando se vislumbra nuestra meta final,
El tiempo futuro se convierte en pasado;
Entonces, llegan las temidas especulaciones,
Donde la sensibilidad abstracta de lo hecho,
Se graba en la memoria que juzga las palabras dichas
Convirtiéndose
en polvo estelar.
La grácil corola se despeja de pétalos,
Y donde había lotos en el placido estaque
Se convierte en un ranal humano.
Sin luz en el corazón,
Como una estrella perseguida por sus planetas
Con sus deseos materiales;
El éxtasis
espacial condena el átomo de la carne
Y azota a la iglesia con su lluvia implacable,
La cual, no sólo se descomponen las fibras
Sino también los anhelos del pasado y del futuro.
La belleza fugaz del alma
Se escapa entre los dedos de mármol,
Con sus oropeles yertos
Y los pulmones, enferman por el eterno vacío
Quedando el mundo en sepulcral silencio,
Exceptuando el bronce que gira
En el campanario sombrío,
Cuyos tañidos preceden al comienzo.
Mas la quimera dorada que mueve los años
Se desploma ante el silencio de las nubes del ocaso,
Quizá hipnotizado por la neblina gris de su hoguera,
Para convertirse en el estiércol del alba
De la cual, se expande sin piedad
Por la constelación del
escorpión.