jueves, 4 de marzo de 2021

La puerta que nadie osa abrir "Rima libre"

 

La puerta que nadie osa  abrir

"Rima libre" 


Herido por la hiena  de la noche fría

Mis pasos son borrados por el viento;

Ya tan apenas sí recuerdo mi nombre,

Aunque sé que tengo uno propio:

De un lobo hambriento y errante;

Pero habré de despertar de esta horrible pesadilla

Que, a veces, se ríe delante de mis pupilas.

Me vence la pasión que aún perdura

En el canto romántico de una flor marchita

Ceñida por la oscuridad mercantil de sus cabellos.

Quizá esto sea el fin de mi aventura loca,

Derramada en los acebos y amarillentos jarales,

Donde gorjea la calandria fratricida

Por los aguaceros de los mástiles vengadores.

El motín de las brumas golpea la frente

Y en los surtidores  voluptuosos del mundo;

Mientras el insigne sol  se retira  forzado

 A  deambular por  otros mares violetas,

Donde los reproches machacan el vapor del amor.

A veces, por extraño que pueda parecernos,

Tienen que llorar las añosas y sufridas encinas

 Para que de su rugoso tronco,

 Las abejas puedan extraer su miel.

Mi pipa de opio aún sigue encendida, 

Y cuando se apague, se apagará la luz 

Como se apagan los obuses de artillería

Sobre las espumas de los islotes consagrados al amor.

Desaparecerá la caricia con el sonoro lamento

De la triste canción de mi  desgastada armónica;

Cuyas notas , son luciérnagas temblorosas inclinándose

Hacia un abismo de angustia que la noche avinagra,

En cuyo  final, se dibuja el incendio

Y se haya  la puerta que nadie osa a abrir.

 

 

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