Días
y días sin amor
Los ensueños huyen de mis manos
Doloridas por trabajos que yo hiciera,
Enredado entre una tierra justiciera
Que ante su negra luz crecen los tiranos.
Esos que ríen de la belleza de las
flores,
De las crestas de plata de los mares,
Amedrentan los cantos de los
ruiseñores
Y con los relámpagos forman sus altares.
Embutidos en sus trajes de bonanza
Se burlan de las lágrimas ajenas;
Pero aún me queda la loca esperanza
De liberarme de esta enrejada colmena.
Sin pan y sin cielo, priva el ser yo
mismo
Así encontraré al sauce que es valiente;
Aquel que emergió del negro abismo,
Sin importar lo que de él decía la
gente.
Mi alma ahora se queda meditando
E insta a alargar mis duros días;
¡Días que sin amor me están matando!
¿Hasta cuándo? – ¡Mañana, respondía!
Un viento proveniente de la alta esfera
Al océano y al cielo azul consagrado,
Dice escuchar mi voz ronca y lastimera
¡Socorro!¡Socorro! ¡Estoy de ti enamorado!
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