Con
la voz del corazón
El cierzo incansable arrastró mis
tempestades
Creando fieras con las moradas nubes del cielo;
Pues en fieras se convierten las
dulces amistades
Y en yugos los besos erráticos dados
en el suelo.
Cuando de la mujer amada sobresale su
belleza
Y la emplea con los hombres para su desconsuelo,
El amor platónico tiene el poder y la
grandeza
De
dejar a un lado el amor carnal y su desvelo.
La silenciosa angustia proyecta sombras largas
Si tiene contacto con los ardores
de la sociedad,
Ello hace que las lágrimas sean más amargas
Sin importar el sexo, o inclusive su longeva edad.
Tal vez el cielo y la Gloria, se
consigan por azar,
Y el apasionado beso sea una brizna de
ilusión,
Mas el alma, es la ola en la rompiente del mar
Chocando contra las rocas con la voz del corazón.
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