Se
ama a las vírgenes
por
costumbre
El miedo, puede ser dulce
Cuando la pasión se abandona a su destino.
El cuerpo adora las sedas,
Más un cuerpo lleno de azucenas
Te inspiran a soñar con el amor;
Aunque también las flores silvestres tengan su
encanto.
Se ama a las vírgenes por costumbre,
Como por
costumbre tiene el mar
De enviar olas a la playa,
Sabiendo que
las olas tienen el privilegio de retroceder
Y el mar, el
privilegio de morir.
La mujer, es la que
saca a los hombres del aburrimiento
Y con esa
superficialidad nos sirve
Para admirar a nuestras ruinas.
Hoy día, amar parece ser un delito
Porque dicen que asustamos a la palomas blancas
Aunque se puede amar al ruiseñor
Por mucho que nos cueste verlo en la espesura.
Nos gusta su canto; pero es esquivo,
Nunca se encuentra el momento adecuado
Para decir “te amo”
El amor es un fuego de artificio,
Pues no podemos ver más allá
De unos contornos bien definidos.
Amamos por imitación, es inevitable;
Pero existen moldes tan rígidos
Que casi nunca cabe el ser humano,
Y el que logra hacerlo, es por casualidad;
Aunque por gracia divina
Nos aferramos a la rama más imposible de alcanzar.
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