jueves, 18 de mayo de 2023

La jaula donde se encierra la vida

 

La jaula donde se encierra la vida

 


Puedo afirmar que ya no tengo miedo;

Pero también que tengo menos tiempo;

Las salidas de la noche se bloquean,

Las yedras trepan hasta mi balcón,

Y en  su sombra verde,

Anidan y cantan los mirlos.

Ellos escuchan mis pasos cada día,

Y con su mágica conciencia

Bailan con mi corazón,

Como el sol lo hace con el río.

La esperanza, son globos que se hinchan

Y el viento los eleva;

Hasta los perros olvidados,

 Exorcizados por el camaleón del tiempo,

El cual, cosecha la niebla.

Todo mi camino es horizonte y polvo,

Cartas amarillentas con olor a ceniza.

El trigo se peina con las manos del viento

Y con el murmullo de la tierra,

El hombre construye tumbas

Para ocultar el rebaño de vírgenes y diablos.

No hay polvo negro, ni verde, ni amarillo…

Sólo hay ojos cansados de miradas estrechas,

Grafitis de pies planos

Bronceando la verdad;

Pero la verdad, es un martillo que golpea

Y que, a veces, resbala chafándonos las manos.

Por tal motivo,

A veces hasta lloramos

Como perros desconsolados por sus pulgas.

Somos perros genéticamente manipulados,

Mariposas construidas de chatarra;

Pero como digo, ya no tengo miedo,

Me falta tiempo para tenerlo,

Pues el tiempo,

 Es la jaula donde se encierra la vida.

 

 

 

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