viernes, 25 de marzo de 2022

Encadenado a los malos recuerdos

 

Encadenado

a los malos  recuerdos

 


Los malos recuerdos quiebran

Las tiernas ramas del árbol de la vida;

El amor se ofrece trémulo y cruel

Llenando el reloj de horas tristes.

Los ojos del dolor tatúan

Las mañanas con su tinte invisible;

El sol sale todas las mañanas;

Pero el espejo refleja su violencia de fuego;

Mientras que el corazón,

Extraña los flecos desprendidos del amor

Abrasados por el espeso sueño de la incertidumbre.

El corazón viaja por galaxias de incomprensión

Buscando la estrella que un día iluminó mi despertar.

Hoy persigo la inútil realidad

De los buenos recuerdos

Que yacen a la sombra del presumido ciprés;

Ese que te invita a rezar a Dios

Con todos sus enigmas.

Las raíces de los malos recuerdos  son profundas

Y sus ramas, infestadas de nidos de procesionarias,

Envejecen ante el huracán de la indiferencia;

Pues las letras de las canciones alegres

Son notas negras en el pentagrama emocional.

Los malos momentos hacen oídos sordos

Para hacer extraviar aquellos momentos

En que la sonrisa dibujaba el rostro,

Y los brindis, avivaban el fulgor de la alegría.

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