Porque
nada tengo
Te dije que te entregaría el mar
Aunque fuese baso a baso;
Pero es triste despertar
Y comprobar mí fracaso.
Los planes se tumban
Como el viento tumba los trigales,
Convirtiendo en yerta tumba
Los deseos personales.
Se puede querer o desear;
Pero todo son fanales
Orientados hacia el mar.
El mar engulle el orgullo
Y se burla de nosotros,
Oyendo sólo el murmullo
Del llanto al tocar su fondo.
Juegos simples y etéreos
Huellas que dan al pasado,
Donde permanecen los flecos
De los hombres apagados.
Vivir muriendo de amor
Es vivir con desengaños;
Toda una alucinación
Y escaleras sin peldaños.
Es un retiro espiritual
De laberintos y cábalas;
Nada se ajusta a la realidad
Es niebla que al suelo baja.
Crudo e insomne es el invierno
Donde el único calor,
Lo encontramos en los sueños
Si el sueño es conquistador.
La joya que los poetas tenemos,
Es la borrascosa nube
De los impulsos siniestros;
Por ella, volé y anduve,
Por ella, me estoy muriendo.
Pues el amor soñado
¡Me ha estado engañando!
¡Me ha estado mintiendo!
Todos, todos santos días
Vienen con el mismo cuento.
Y hora, ya nada doy,
Porque ahora...¡nada tengo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario