El
gris sobre el negro
Los favores que me pidas,
Págamelos con besos;
Más no rompas la partida
Ofreciendo a otro tu cuello.
Sé que eres muy llamativa
Y que llenas de embeleso,
Más no alegres otras vidas
Si mi baso aún no está lleno.
Harás que sangre la herida
De puñal al estar lejos,
Ella nunca cicatriza
Y me abate el desconsuelo.
Ya sé que viajas de prisa
Arrollando los recuerdos;
Y que te tomas a risa
El amor y sus mil versos.
Hay quien se ríe de la hormiga
Y de todos sus esfuerzos,
Cuando transporta una miga
Mucho mayor que su cuerpo.
No hay barreras que le impidan
Finalizar su proyecto;
Pero si alguien la pisa
Se apaga su firmamento.
Quizá otra la releve,
O sea el mismo viento,
Quien hasta su casa lleve
Su pesar y su tormento.
Hoy se embalsama la brisa
Con los amores y ensueños
Aunque queden hechos trizas
Y ahogados por el silencio.
El alma queda sombría
Dentro de baúles viejos,
Esperando lleguen días
Con amaneceres nuevos.
No es de extrañar que otra arpía
Luciendo lujoso cetro,
Ponga su mano extendida
Y ofrezca besar su cielo.
Pues la vida es una noria
Que tras subir nos caemos,
Repitiendo así la historia
De ver el gris sobre el negro.
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