domingo, 12 de enero de 2020

Siniestras miradas "relato gótico"


Siniestras miradas

"Relato gótico"


 

Sumido  me encontraba en el apacible sueño,

Cuando la ventana de la habitación, se abrió de repente.

Un puñado de hombres vestidos de negro,
 
 Entraron por la ventana

Y entorno mía, comenzaron a dar vueltas.

Con infinito terror asomé un ojo por entre las sábanas.

¡Quería gritar!  ¡Pero no podía!
 
¡Un miedo atroz me lo impedía!

Todos ellos murmuraban, sin apartar de mí
 
 Sus siniestras miradas.

Uno de ellos, por su delgadez extrema,

Creía parecérsele mucho a un tío mío

Al que sólo conocía por fotografías.

Mi abuela me contó que murió y precisamente…

Sus últimos estertores se produjeron allí,
 
En la cama que yo dormía.

En el exterior, el viento agitaba las ramas
 
 de los árboles de la entrada

Como si fuesen retorcidos brazos
 
Pretendiendo alargar sus manos para cogerme.

Bueno, nos vamos. Creo que todo está bien,

Dijo el que creía ser mi difunto tío.

Todos los hombres salieron por donde entraron,

Uno de ellos, portando un botiquín de doctor de cuero negro.

Tras marcharse, me asomé por la ventana y vi

Una calesa  de aspecto funerario,

Arrastrada por dos caballos, cuyas crines negras

Casi llegaban hasta el suelo,

Se oyó el restallido de un látigo

Y la calesa comenzó a rodar.

Esa misma noche había sentido la lluvia

  Al chocar sus gotas sobre los cristales.

Y cuando bajé hasta la puerta, observé extrañado que,

Pese al húmedo camino que guiaba hasta el bosque,

No había ningún tipo de rastro de ruedas,

Sólo permanecían todavía humeantes

Las redondas boñigas que los caballos habían defecado.

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