viernes, 3 de enero de 2020

Cada día es un guerrero que muere


Cada día, es un guerrero que muere
 
Los seis caballos de tiro

Aún arrastran mi carreta;

Ellos viven y yo vivo

En mi morada secreta.

Llega la noche y el frío

Y me tapo la cabeza,

Como el temeroso niño

Que le asusta la tormenta.

Más no es la lluvia ni el trueno

A quien este hombre se enfrenta,

Sino al destino traicionero

Que a su vida se sujeta.

Una Virgen hay en su vida,

Y un altar en el que reza;

Ella es la Virgen María,

Su altar, la naturaleza.

De corona tiene el sol,

De collar, todas estrellas,

Y no hubo emperador

Que le iguale en la riqueza.

Soy un hombre solitario,

Soy vagabundo y poeta;

¿Hay algo más extraordinario

Exceptuando al Profeta?

Mis caballos ya relinchan,

Exigiéndome dormir;

Más soy hombre temeroso

Que le da miedo morir.

Cada día que se extingue

Es un guerrero que muere,

Pues la vida no distingue

Lo que fuiste, o lo que eres.

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