lunes, 29 de octubre de 2018

Homenaje a una señora buena de corazón


Homenaje a una señora
buenade corazón

 

Si volteamos las páginas de la historia, nos encontramos solamente con aquellos personajes que, o bien practicaron crímenes contra la Humanidad, generales que se jactaron en decir que ganaron batallas aunque nunca tuvieran un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, extraños personajes que inventaron algo revolucionario en su época, Santos que hoy habitan en los atares…
Olvidados quedaron aquellos seres que en su rutina diaria se esforzaron en el día  a día, haciendo de la convivencia un Don, llevándola a cabo en una labor sorda; pero sin lugar a dudas, y a mi entender, más importante que los revuelos de ciertos mitos o héroes que sólo destacaron por un hecho determinado.
Una de éstas personas fue la señora Cirila.  Ejeana de pura cepa, mujer virtuosa, trabajadora incansable, cuyo mérito estribaba en su profundo amor a la Humanidad.
A la señora Cirila, la conocí ya anciana, hace treinta y dos años. Convivimos tres años en la calle San Gregorio. Era bajita y menuda. “las esencias dicen se guardan siempre en tarro pequeño” Era una mujer tan sumamente buena que, se deshacía en bondad. Le agradaba besar a los niños, y yo lo era. Aún no había realizado la Primera Comunión.
Recuerdo que un día pasé por la puerta de su cochera, ésta se hallaba abierta, al fondo había un pequeño corral. Al verme me hizo pasar para enseñarme sus gallinitas, después, me mostró unas latas de pintura con las cuales, pensaba pintar su cochera. “A ver si pinto la cochera antes de que lleguen las golondrinas. Ellas son  sagradas sabes, pues le quitaron las espinas a Nuestro Señor Jesucristo” –Me dijo. Y me mostraba orgullosa los dos nidos de barro que permanecían en el techo, al lado de un tronco que hacía funciones de viga. No me pareció entonces que la cochera necesitase una mano de pintura, pues hasta el tronco citado relucía como espejo su pintura marrón. Más bien creo que lo hacía como un ritual que se repetía año tras año, como un  modo de darles la bienvenida o para que se sintieran tan a gusto que nunca tuviesen la ocurrencia de irse a otro lugar.

Cuán diferentes son de ella, aquellas personas a las cuales les molesta que estos pájaros aniden en las cornisa de su tajado y se afanan con los cepillos de barrer para destruirles su hogar.
Nunca se supo de la señora Cirila que, padeciese alguna enfermedad, digna de destacar. EL mismo día que se le acabó la esencia que contenía su cuerpo, su corazón dejó de latir. Tenía ya más de noventa años.
Cuando me llamó mi madre por teléfono, para comunicarme la triste noticia de su fallecimiento, sentí que algo mío también moría.
 

Cuando sacaron su ataúd, después del sepelio, antes de meterlo en el coche funerario, nadie se dio cuenta de que cuatro golondrinas, pasaron volando por encima de nuestras cabezas. A mí, todavía me queda el enigma de si no serían aquellas sus golondrinas, las cuales, quisieron de esa forma, rendirle su sentido tributo, así  como su sincero  y amargo adiós.

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domingo, 28 de octubre de 2018

Parias de su sino


PARIAS DE SU SINO
 

Con ojos velados, el labriego mira todos los días el espejo del cielo, esperando atisbar alguna nube frugífera con la que puedan beber sus campos.
 
Pero el sol arroja sus centelleantes lanzas. Su tierra abrasada se resquebraja; los cultivos marchitos clemencia piden.
 
Hasta los rocíos de antaño cual manantiales de perlas en la alborada, quedaron en las nubes del olvido. 
 
 
Triste es el devenir de los mortales, cuando se aferran a una lucha clandestina, siendo sabedores de que son parias de su sino,
 
Los campos, dice: son como los malos hijos. Los crías y se marchan, mas al volver arrojan sus iras al igual que la plomiza nube que nos sucumbe con tempestuosos rayos.
 
El que no siembra no recoge; mas el que siembra y no recoge, pierde dos veces.
 
Hoy me pregunto, si no sería mejor permanecer estéril y dejar los campos yermos.
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viernes, 26 de octubre de 2018

Noble casta del pueblo español

Noble casta del pueblo español


 
La mies ya preñada se expande en los campos

Y ya el campesino se aferra a la hoz,

Plasmó toda dicha en un ser soberano

Y sufre y trabaja en su honrada labor.

 

Chorrean de sus ojos lágrimas de plata,

De su oscuro rostro rezuma sudor,

Su frente curtida suspiros exhala,

Bronceados rayos sus manos rasgó.
 



Decae la tarde de arreboles malvas,

Cual alas frugíferas del rey ruiseñor,

Se funde en su pecho y en los campos plasma

Con besos ardientes dados con amor.
 



Entonces sonrisas le brotan del alma,

Con el pan y el vino, guitarra y canción,

Alivia fatigas y el pesar desgrana

Fortaleciéndose para un nuevo albor.
 


Enmudece el pájaro de dulces trinos

Con el cante hondo de su corazón,

Se cuaja la dicha y urde los sentidos

En la noble casta del pueblo español.

***

 
 

 

 

 

 

 

 
 

martes, 23 de octubre de 2018

Mi ánimo



Mi ánimo
 
 
 

Vacío negro, cruel,
 sensación de densa nada;
ingrávida ánima que superlativa
 atraviesa cual saeta mi cerebro
 remontando cimas de éter
donde centauros arrogantes
pisotean el jirel de la conciencia.






En sus crines rojizas por el tedio,

se retuercen los sarcasmos de ojos atónitos

y risas huecas como un insulso balbuceo,

por desmoronar una estructura ósea

que se aferra al fangal del morbo.






Improntas de pasos vacilantes

socavan un hastío de quimeras

donde la arena del reloj falaz

se compacta en un segundo

junto a un suspiro melancólico,

para llegar a la meta menos deseada.








A esa cripta silente y entreabierta

de donde surgimos y a la cual volveremos

tras señalarnos con su dedo pétreo

como si fuera un aguijón letal.









 

 

viernes, 19 de octubre de 2018

¿A dónde van esos hombres?


HACIA UN MUNDO ABISAL

 


 

 

¿Dónde van esos hombres con sus almas errantes?
 

llevando a hombros un mundo  que no tiene piedad,
 

surcando los caminos que ya otros anduvieron
 

tras los odios candentes desde tiempos de Adán.

 


En la vida se avanza con los miembros llagados,
 

eso hace que parezca que vallamos hacia atrás,
 

que la senda se  estreche con nuestra sombra yerta
 

y que esta se proyecte hacia un mundo abisal.

 


Con un hato de espinas sobre nuestras espaldas
 

parece que el camino nunca tenga final,
 

y una a una, se clavan hasta el núcleo del alma
 

sin saber si algún día las podremos quitar.

 

* * *

 

 
 

 

 

 

 

 

jueves, 18 de octubre de 2018

En la isla coralina


 

 
En la isla coralina

 

Con  tempestuosos ecos

De cirros enfurecidos,

Mil hordas de sufrimiento

Vagan lanzando cuchillos. 
 

Uno dio en el corazón

De un ángel de luz cautivo,

Por el  sublime candor

De una perla del Pacífico. 
 

Era un amor imposible,

Las distancias eran largas,

Así hubiera sido un príncipe

De una esplendorosa patria. 

Se olvidó de las costumbres

Que en aquella tierra arraiga,

Su gente como sus cumbres

Despiden fuego de magma.
 
Cuando en la isla coralina

Arribó con su velero,

De una piel de verde oliva

Se enamoró sin remedio. 
 

Collares de flores lindas

Ella colocó en su cuello,

Creyendo que ésta lo hacía

Por amor al marinero. 

 

Más luego llegaron otros

Con los dorados cabellos,

 Y aquellas mismas lisonjas

A todos les ofrecieron. 
 

Se le eclipsó la razón

Y enlutó el brillo solar,

 Que con tamaña  luz ardió

Cegando su claridad. 
 

Se trocó el fulgor radiante

En cuchillo matarife,

Y aquel marinero errante

Se esfumó en los arrecifes. 
 

Un día le vieron el barco

Navegando a la deriva,

Y en el timón encontraron

Un collar con flores marchitas.

   

 

 

 

martes, 16 de octubre de 2018

La negra que vino de no sé donde


“La negra que vino de no sé donde”

 


Cabello negro azabache

Dientes de nácar,

De gacela es tu semblante

Y de ébano tu cara.


Con pantalones vaqueros

Y tu camisa plateada,

Pareces una modelo

Luciendo todas sus galas.
 


Unos dicen que del Congo

Otros dicen que en La Habana,

Yo, creo naciste supongo

Al mismo tiempo que el alba.
 

Porque allí brilla un lucero

 A las seis de la mañana,

Y aún perduran tus destellos

En tu radiante mirada.


domingo, 14 de octubre de 2018

Sorpresa mágica


Sorpresa mágica

 

Lo vio pasar como el viento

conduciendo su “Yamaha”

llenándose de embeleso,

reavivando la tenue llama

de aquel amor casi muerto

que un día en su cuerpo brotara.

 



Lanzó un suspiro hondo y lento,

De esos que salen del alma,

Pensó otra vez en Roberto

En las clases de piano y danza,

En su hercúleo cuerpo y bello,

En las facciones de su cara,

En los guiños indiscretos,

El tic de sus cejas pardas.

 

 

Impregnada de recuerdos

vive su mente asolada,

pensó en decirle “te quiero”

pero se sintió asustada,

pues el amor es lastimero,

vendaval que todo arrasa.
 

Hoy germinan los anhelos

De aquella infeliz muchacha

Que no supo decir “te quiero”

Y se lo expresó por carta.

 


Con una flor de romero

Un palomo de alas blancas,

Un catorce de febrero

Se posó en su ventana.

 

La despertó de su sueño

Aquella fría mañana,

El emplumado cartero

 Transportando una alianza

Con unas letras grabadas

En las que ponía “Roberto.”