Los
chicos que llevo dentro
Soy
hombre con sienes canas,
Soy hombre de sesenta… y pico;
Y llevo dentro del alma
La carga de cinco chicos.
1
Uno es el lujurioso, y cuando escapa,
Se enamora de todo trasero femenino
Que baya feriando su bella estampa
Y que se le cruce por su camino.
Nunca les dice nada con palabras,
Todo se les dice con su queda mirada;
Sin pestañeos, fría, desvergonzada,
Luego altiva; Imposible derrotarla.
2
El bondadoso, da hasta lo que no tiene;
Y aunque sabe que siempre lo engañan,
Una fuerza telúrica lo mantiene
Como si tal hecho fuese una hazaña.
3
El desconfiado, ve sombras siniestras.
¿Por qué habrá dicho semejante cosa?
¡Seguro que me quiere coger la vuelta!
¡Esos ojos me miran de forma maliciosa!
4
Cuando se escapa del alma el soñador
Piensa que el futuro ha de ser mucho
mejor.
Que lo bueno siempre se retrasa
Pero que una vez que llega… ¡arrasa!
5
¡Pero espera, que falta el vengativo!
Al quien le echa la cruz, ya es de por vida.
Igual le da que triunfe por cualquier
motivo
O se halle en la más horrible ruina;
La indiferencia es su espada y su
moneda.
¡Ni por asomo eres tú mejor que yo!
Teté de la mejor leche materna.
Y el orgullo fue mi primera lección.
6
Pero si en vez de un niño travieso,
Son dos los que al tiempo escapan,
Existe un tira y afloja y confieso,
Que tambalean
cuerpo y alma.
Hay cosas que yo hago mal,
Más es un mal sin malicia;
Como quien pinta con cal
Las manchas de la inmundicia.
“Pese a verme rodeado
De un mundo de imperfecciones;
Dios, que todo lo ha creado,
Siempre da sus bendiciones.”
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