La
flauta de la noche
Hacia el núcleo de la tierra
Llevo mi vida y mi reino;
Un ejército de sueños me acompaña;
Mientras un lamento silencioso
Se apagará en la noche de los dioses.
Allí las ramas se preñan
De flores cristalinas,
Y los frutos no pudren.
Mo hay muerte ni dolor,
En las blancas playas de su mundo;
La música sonará dulce y libre,
Formando un coro en su canción eterna.
El resplandeciente oleaje de su ocaso
Socavará la piedra pómez;
Cada hormiga y cada ser
Es multitud en sus bosques de tejos,
Donde los pájaros tiemblan,
Y las calaveras, no pronuncian palabra,
Al no distinguir entre el lunes y el
domingo.
Decid adiós a vuestros cuerpos muertos,
Porque la flauta de la noche
Entonando está..., su triste canción.
¡Adiooooooooooooós.!
¡Adiooooooooooooós.!
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